Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona han ideado un método de 'destilación cuántica' que, por primera vez, permite medir el grado de coherencia de cualquier estado de superposición. Un ejemplo de este estado cúantico es el del famoso gato de Schrödinger, que se encuentra vivo y muerto a la vez.
Investigadores de Austria y la Universidad Autónoma de Barcelona han logrado un nuevo hito para la física cuántica: entrelazar tres partículas de luz en una nueva forma de entrelazamiento asimétrico, donde dos de los fotones 'retorcidos' usados en el experimento actúan en un espacio tridimensional y el tercero en dos dimensiones. El avance ofrece un nuevo protocolo de criptografía cuántica.
La teoría cuántica predice que la observación de un objeto puede afectar justo en ese momento a otro, aunque esté en la otra punta del universo, un fenómeno en el que Einstein no creía. Pero se acaba de conseguir que dos electrones, separados 1,3 kilómetros en el campus de la Universidad Técnica de Delft (Holanda), se comuniquen de forma ‘invisible’ e instantánea. El avance, en el que ha participado el Instituto de Ciencias Fotónicas de Barcelona, se puede aplicar en criptografía cuántica, pero también confirma lo extraño que es nuestro universo.