Para obtener energía limpia e inagotable mediante la fusión nuclear se están desarrollando dos tipos de reactores experimentales: los tokamats, como el ITER que se construye en Francia, y los stellarators, como el TJ-II que tiene en Madrid el CIEMAT y el mayor de todos: el Wendelstein 7-X que se ha fabricado en Alemania. Ahora se ha confirmado la correcta topología de los campos magnéticos que confinarán al plasma en el stellarator germano, un avance en el que participan investigadores españoles.
Esta semana han llegado a las instalaciones francesas del ITER, el mayor experimento de fusión nuclear del mundo, varias estructuras fabricadas en España. Nuestro país es el primero que aporta componentes desde Europa a este gran proyecto energético internacional. En conjunto, cerca de 50 empresas españolas han conseguido más de 100 contratos por un valor superior a los 600 millones de euros.
La gigantesca máquina láser del Lawrence Livermore National Laboratory (EE UU), que aparece en la película Star Trek en la oscuridad en el papel del núcleo de la nave Enterprise, ha logrado comprimir el duro diamante a 5 terapascales, una presión muy similar a la del centro de Saturno. Estudiar el comportamiento de la materia en estas condiciones extremas ayudará a entender lo que sucede dentro de los planetas gigantes.
Investigadores del Lawrence Livermore National Laboratory, en California, han conseguido por primera vez liberar más energía en una reacción de fusión nuclear que la absorbida por el combustible empleado. Para el experimento se ha optado por la técnica del confinamiento inercial, que usa tecnología láser para calentar y comprimir el material.
El Ministerio de Economía y Competitividad ha informado de que empresas españolas obtuvieron 14 contratos por valor de más de 200 millones de euros en 2012 para participar en el ITER. Este reactor experimental es el mayor proyecto científico internacional en el ámbito de la energía.
Los talleres de Idesa están forjando el anillo base del criostato que albergará en Japón una nueva etapa de pruebas para la fusión nuclear en el reactor Tokamak JT-60SA. Desde Avilés hasta Naka, la pieza cruzará el globo por mar y tierra, una circustancia que ha determinado su diseño.
De izquierda a derecha, Andrés Castro, Iván Vázquez y Belén González, miembros del Departamento de I+D+i de la empresa. Foto: FICYT.
Una pala mecánica remueve el primero de los cerca de 230.000 metros cúbicos de la fosa del futuro reactor.
TOSCA, uno de los primeros aparatos de fusión nuclear.
El ingeniero aeronáutico Amable Liñán, considerado una autoridad mundial en el campo de la combustión y premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1993, ha analizado en León, la evolución humana en el uso de combustibles y los retos de futuro a los que se enfrenta la humanidad por el agotamiento del carbón y del petróleo como principales fuentes de generación de energía. El catedrático de Mecánica de Fluidos apuesta para el futuro por otras fuentes de energía como "la solar fotovoltaica o térmica, o la eólica, sin olvidar en este periodo de transición la nuclear a través del proceso de fisión". Además, Liñán aventura que "en unos 50 años" se podrá obtener energía por medio de la fusión nuclear.