Un equipo internacional de científicos, liderado por la Universidad de Málaga, ha estudiado la regulación a nivel genómico de la traducción de proteínas a plantas, un proceso biológico fundamental hasta ahora solo realizado en levadura y células de cultivo. El estudio, que ha analizado por primera vez los cambios cuantitativos en la traducción de proteínas a gran escala de una planta modelo a tiempo real, ha identificado a EIN2, un componente clave en rutas de señal de plantas.
Pensamos en la ciudad y a nuestra mente vienen imágenes de tráfico, contaminación, ruido y muchedumbre. La urbe no parece ser el hábitat idóneo para otros animales además de los humanos. Sin embargo, científicos españoles y argentinos demuestran que alguna especie, como el mochuelo de las madrigueras, lleva unas pocas décadas adentrándose en la metrópoli desde el campo sin sufrir estrés.
Un compuesto presente en la leche materna, llamado factor de crecimiento fibroblástico 21 (FGF21), desempeña un papel clave en la absorción de nutrientes y la regulación de la función intestinal de los recién nacidos. Asimismo, contribuye a mejorar su crecimiento durante las primeras semanas de vida, así como su perfil metabólico, según un estudio publicado en la revista Scientific Reports.
La leptina es una hormona producida en los adipocitos –células de la grasa– que envía señales al cerebro cuando el organismo tiene suficiente energía. Es decir, es responsable de la sensación de saciedad. Ahora, investigadores canadienses han descubierto que un nivel bajo de esta hormona conduce a los corredores a una sensación de euforia para continuar con su esfuerzo. Además, en el estudio sugieren que la hiperactividad en los anoréxicos también está relacionada con la leptina.
El estómago de los pandas no está adaptado para una dieta casi exclusiva de bambú. Un equipo internacional de científicos ha seguido a estos animales con tecnología GPS para saber cómo sobreviven con esta alimentación. Sus conclusiones indican que un gasto bajo de energía y la hormona de la tiroides permiten a estos osos, de aspecto carnívoro, masticar bambú todo el día.
Un estudio demuestra que pasar por el quirófano en los estadios iniciales del cáncer de mama tiene mejores resultados que el tratamiento de hormonoterapia que se acostumbra a dar a las mujeres en edad avanzada para evitar los efectos secundarios del tratamiento estándar. El manejo de estas pacientes tiene que empezar por un cálculo de la esperanza de vida y un asesoramiento geriátrico.
¿Por qué los humanos sentimos amor, amistad e incluso apego social por los perros? Posiblemente la evolución de este animal junto a su mejor amigo haya facilitado esta interacción única, pero a nivel biológico es el papel que desempeña la hormona oxitocina –relacionada con la conducta maternal y paternal– lo que genera esta estrecha relación entre especies. Así lo demuestran varios experimentos en los que el simple contacto visual entre el can y su dueño fortalece sus vínculos afectivos.
Neurocientíficos de EE UU han descubierto que la oxitocina actúa sobre las células cerebrales individuales para provocar comportamientos sociales específicos. En experimentos separados, los investigadores indujeron la liberación de esta hormona en el cerebro de ratones hembra adultas sin hijos y comprobaron que comenzaban a escuchar hasta el más leve sonido de llamada de crías de otras madres y a atender sus necesidades. El hallazgo podría tener aplicación en el tratamiento de trastornos de comportamiento provocados por enfermedades o daño cerebral.
Expertos de la Universidad de Sevilla han dado un paso más en el estudio del papel de una proteína, la leptina, en la función reproductora de la mujer. Hasta ahora se conocía que dicha proteína está implicada en la regulación del peso y del tejido adiposo (grasas) del cuerpo humano, pero ahora demás se ha demostrado que interviene directamente en la reproducción femenina y que podría usarse como un nuevo marcador a la hora de seleccionar los embriones más idóneos en un tratamiento de fecundación in vitro.
Investigadores de la Universidad de Córdoba han comprobado, en ratas, que la salud de los animales mejoraba durante la noche, periodo en el que el organismo aumenta la producción de melatonina, la hormona que induce el sueño.