Un estudio en ratones, publicado en la revista Cell, explica que los fibroblastos dermales van perdiendo identidad celular y, con ello, la capacidad para producir y secretar colágenos y otras proteínas. Este hallazgo no solo podría tener aplicaciones cosméticas, si no también aplicaciones terapéuticas destinadas a que la piel de las personas mayores cicatrice mejor tras una herida o una operación.