Un equipo internacional de investigadores, con participación de la Universidad Jaume I de Castellón, ha creado un sensor que detecta el ozono en concentraciones inferiores y de forma más rápida que con otras técnicas. La presencia de este gas en concentraciones elevadas puede causar problemas de salud.
Investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) han conseguido regular por primera vez la elongación y el sentido de giro de un polímero helicoidal. El avance, portada de la revista Chemical Science, puede ayudar al desarrollo de nuevos nanomateriales con aplicaciones en biomedicina y telecomunicaciones.
Un consorcio europeo, liderado por el Instituto IMDEA Materiales, ha puesto en marcha un proyecto para crear 'nanohíbridos' de compuestos de carbono con moléculas inorgánicas. El objetivo, separar moléculas de agua usando la luz solar y producir hidrógeno de forma más eficiente que hasta ahora.
Cálculos realizados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Tecnalia empleando la capacidad del Centro de Supercomputación de Galicia podrán ayudar en el futuro a conseguir cementos más duraderos, más resistentes a la pérdida de calcio y capaces de soportar mejor el paso de los años y por tanto de hacer más seguras las construcciones en las que se empleen.
Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha impulsado el desarrollo de un nuevo método de microscopía de fuerzas atómicas, un instrumento mecano-óptico empleado en nanociencia y nanotecnología para tomar imágenes de los átomos y las moléculas de la superficie de un material. La técnica, cuya patente ya está en fase de explotación comercial, aparece en el último número de la revista Nature Nanotechnology.
AIDICO, ITC e ITENE se alían estratégicamente en una UNIT dedicada a profundizar en nanomateriales, concretamente en el desarrollo de nanomateriales inorgánicos, orgánicos e híbridos.
Los nuevos materiales con los que trabaja la ciencia están en escala nanométrica, y para estudiarlos y caracterizarlos son necesarias nuevas tecnologías. Para cumplir este objetivo, el grupo de Análisis Instrumental de la Universidad de Burgos ha desarrollado en los últimos años tecnologías químicas para trabajar con estos nanomateriales.
Un equipo de investigación con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado un nuevo material compuesto de átomos de hierro y moléculas orgánicas. Este tipo de materiales, llamados híbridos, podrían llegar a usarse en la industria informática para la fabricación de discos duros, memorias RAM y sensores de ordenador más rápidos y eficientes. La investigación se publica en el último número de Nature Materials.
Gracias al trabajo de más de 45 doctores, 11 de ellos catedráticos, y más de 30 licenciados, en la memoria de 2007 se contabilizó la participación del IUMA en más de 60 proyectos públicos y privados de ámbito regional, nacional y europeo, unos 90 artículos publicados, 14 libros y el registro de dos patentes, además de la participación y organización de congresos y seminarios. Director desde hace año y medio, Cazorla es catedrático del Departamento de Química Inorgánica e investigador del grupo de Materiales Carbonosos y Medio Ambiente. Trabaja en temas de tanto interés como la eliminación de contaminantes, la captura de CO2 o el almacenamiento de energía.
El grupo de investigación dirigido por Félix Zamora, del Departamento de Química Inorgánica de la Universidad Autónoma de Madrid, en colaboración con el grupo de Julio Gómez del Departamento de Física de la Materia Condensada, pretende organizar polímeros inorgánicos conductores en superficies, con el fin de preparar nanocircutos basados en estas moléculas. En un trabajo publicado por este grupo, se han aislado y caracterizado morfológica y espectroscópicamente en superficie estas moléculas confirmando que mantienen su integridad estructural respecto al material de partida después de procesarlas.