Trasladando el piano, el arpa y los instrumentos de percusión hacia el centro del escenario y llevando los clarinetes, trompetas y flautas a las orillas, más cerca de las rejillas por donde se renueva el aire, se puede reducir la concentración de aerosoles en los conciertos, junto a la siempre necesaria buena ventilación. Investigadores de la Universidad de Utah (EE UU) lo han comprobado con modelos computacionales.
Expertos del Servicio de Otorrinolaringología y la Unidad de Apoyo a la Investigación del Hospital Clínico Universitario de Valladolid han estudiado a 65 miembros de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y han comprobado que las intensidades que soportan se encuentran por encima de lo que la ley establece como riesgo para la audición, por lo que consideran que el traumatismo acústico debería reconocerse como enfermedad profesional en este colectivo de trabajadores.
Un grupo de investigación de la Facultad de Informática de la Universidad Pontificia de Salamanca ha creado un prototipo para que las órdenes que el director de una orquesta emite con su batuta puedan ser percibidas por músicos ciegos.