El uso masivo de antibióticos ha aumentado la resistencia antimicrobiana no solo en personas, sino también en la vida salvaje. Un estudio rastrea su evolución en los genes de osos pardos salvajes conservados en colecciones de museos en Suecia.
Los osos pardos se han extinguido en muchas de las zonas europeas donde habitaban hace siglos. Pero algunas siguen siendo adecuadas para estos úrsidos, protagonistas de #Cienciaalobestia. Un mapa muestra que unos 380.000 km2 estarían aún disponibles para ellos, en países como España, Francia, Italia y Alemania, entre otros, siempre y cuando disminuyan las presiones directas ejercidas por los humanos.