La percepción del mundo que nos rodea se lleva a cabo a través de unas ventanas de comunicación y traducción que llamamos sentidos. Detrás de los sentidos están los mecanismos cerebrales de interpretación y del otro lado están esas cualidades de la naturaleza que identificamos como "propiedades biofísicoquímicas", indicadores que se encargan de conformar selectiva o interactivamente la excitación de las antenas terminales de nuestros sentidos. La llamada 'difusividad molecular' es una de ellas.