Un estudio de las universidades de Sevilla y Lisboa señala que, a lo largo del tiempo, se ha producido una selección en la raza de caballos purasangre lusitana para adaptarse a los estándares de la doma clásica. Entre otros hallazgos, los investigadores han constatado que los animales que participaban en estos concursos son unos 4 cm más altos que el resto.