“El problema del fomento de la I+D está en las pymes”

“Hoy no se puede decir que se hayan consensuado internacionalmente nuevos indicadores de innovación”, apunta Federico Baeza para comenzar la conversación. De hecho en las encuestas que el Instituto Nacional de Estadística (INE) hace en España todos los años, se siguen utilizando indicadores clásicos como el gasto público y privado en I+D, el gasto total en innovación, el número de investigadores totales de un país, o el reparto entre los sectores privado y público.

Según datos del informe COTEC 2010, en los últimos 20 años la productividad de la economía española ha crecido prácticamente la mitad que las de Francia, Alemania o Reino Unido ¿qué perspectivas de mejora se esperan para los próximos años?

En la situación actual de crisis económico-financiera es muy arriesgado hacer una previsión sobre la evolución de la productividad de nuestro tejido empresarial. La productividad de nuestra economía se benefició en los años ‘80 y parte de los ’90 de los costes de producción bajos y, en concreto, de los niveles bajos de los salarios, por ser marcadamente inferiores a los de los países de nuestro entorno desarrollados tecnológicamente.

En la última década, estas diferencias se han reducido significativamente y han dejado de ser una causa de diferenciación competitiva, obligando a basar nuestra competitividad en la diferenciación derivada de la innovación, es decir, en la Productividad Total de los Factores (PTF). Nuestra competitividad muy probablemente no ha mejorado por el efecto de un incremento de la PTF en 2009, y posiblemente tampoco lo haga en este 2010. Por ello, mientras no se retorne a incrementos significativos en el gasto en I+D e innovación, será difícil que la competitividad aumente por el aumento de la PTF, y será necesario apoyarse en otros aspectos o factores que aumenten la productividad general y, por tanto, la competitividad.

Desde COTEC, ¿cómo se impulsa la inversión en I+D en las empresas?

En las actuales circunstancias parece complicado conseguir animar a las empresas a invertir en este tipo de proyectos. En este sentido, y contra lo que, a priori, se hubiera podido pensar, los indicadores de innovación del año 2008, con la situación de crisis económico-financiera latente, el gasto empresarial en I+D se incrementó más del 8% sobre 2007 y el número de empresas que hicieron I+D creció el 2,6%.

Por los datos preliminares de la estadística de I+D para 2009 del INE, correspondientes a las 200 empresas que más gastan en I+D en nuestro país y que cubren hasta el 40% del gasto empresarial total, parece haberse producido el año pasado una reducción en el gasto de I+D de aproximadamente el 1.5%. Sin embargo, se percibe además que simultáneamente estas empresas han incrementado en el 3% el número de personas dedicadas a actividades de I+D sobre 2008. Por otro lado, también hay que resaltar que el gasto total en innovación tecnológica creció en 2008 por encima del 10% acercándose a los 20.000 millones de euros, y habrá que ver qué ocurre en 2009.

¿Cómo debemos interpretar estos datos en el contexto de la crisis?

Estos datos muestran que, a pesar de estar viviendo una situación de crisis, que ha supuesto una reducción de los incrementos anuales en los principales indicadores de innovación con respecto a los últimos diez o quince años, las empresas (en este caso las grandes) están resistiendo y mantienen su esfuerzo en innovación. Este hecho se puede interpretar como una muestra de que esta actividad está mucho más asentada en las estrategias de las empresas españolas de lo que se hubiera supuesto sin conocer los datos.

¿Dónde se encuentran entonces los obstáculos de la I+D?

El problema del fomento de la inversión en innovación no parece estar en este núcleo de empresas que ya hacen I+D de forma estable y que se calcula que pueden ser entre unas 10.000 y 15.000, si no en el resto de empresas, sobre todo las pymes (Pequeñas y medianas empresas) que realizan poco o ninguna actividad de innovación. Para la mayoría de estas empresas, el problema no es ya conseguir que inviertan en innovación sino conseguir que la innovación entre a formar parte de su cultura empresarial.

¿El sistema español de innovación es competitivo?

Siendo honestos, no podemos decir que el tejido empresarial español en su conjunto sea muy competitivo, y además la competitividad española se ha ido reduciendo en términos relativos en los últimos años, como se observa en los datos existentes de productividad del tejido empresarial español. Se puede decir que el sistema español de innovación funciona de forma competitiva, pero es pequeño para la envergadura de nuestro país. Venimos de una cultura, en general, bastante alejada de la innovación.

¿Cuáles son las principales barreras para la innovación en España?

La dificultad de acceder a la financiación privada (en especial en la situación de crisis que nos afecta) y la complejidad para acceder a la financiación pública son un freno al avance y expansión de la innovación en nuestro tejido empresarial. Asimismo, la casi inexistente acción tractora de innovación sobre las pymes desde el sector público a través de la Compra Pública de Tecnología Innovadora (CPTi) es otro freno de corte más empresarial.

¿Qué papel le otorga en este contexto a la Estrategia Estatal de Innovación?

La superación de algunas de estas barreras, como la financiación privada de la innovación o la acción tractora de innovación sobre los mercados a través de la CPTi, parece haberse abordado en la Estrategia que ha aprobado el Consejo de Ministros, por lo que es de esperar que dichas barreras se reduzcan en el futuro.

La innovación se basa en el talento… ¿Cómo podemos captarlo para que venga a España y, sobre todo, para que los científicos no se vayan?

Para la captación y la retención de talento no sólo es imprescindible ofrecer condiciones económicas competitivas internacionalmente, existen otros aspectos de gran importancia. Entre ellos, la disponibilidad de un entorno científico del más alto nivel, cuando se trate del entorno de la investigación, y el trabajo en un ambiente climatológicamente excelente y de gran riqueza cultural. También es muy necesario erradicar todo vestigio de incertidumbre en la carrera científica mediante el desarrollo de una estructura de carrera transparente.