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Carlos Martínez, ex-secretario de Estado de Investigación

"La Ley de Ciencia da un pasito importante, pero me gustaría que fuera más ambiciosa"

Tras ser el decimoséptimo presidente de la historia del CSIC (2004-08) y Secretario de Estado de Investigación (2008-2009), Carlos Martínez se volvió a vestir la bata y regresó a su laboratorio del Departamento de Inmunología y Oncología del Centro Nacional de Biotecnología (CNB). Esta dualidad, entre el campo investigador y la faceta pública ha sido una constante en la carrera profesional de este leonés (Pola de Gordón, 1950). "Por sus contribuciones al conocimiento de la fisiología del sistema inmunitario y de sus implicaciones en la patología humana y en la medicina reparativa" acaba de obtener el Premio Nacional de Investigación Gregorio Marañón, en el área de Medicina, de 2010.

"La Ley de Ciencia da un pasito importante, pero me gustaría que fuera más ambiciosa"
Carlos Martínez, investigador del Departamento de Inmunología y Oncología del Centro Nacional de Biotecnología.

Enhorabuena por el galardón. ¿Qué supone este premio después de obtener antes otros tan prestigiosos como el de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales o el Premio Rey Jaime I de Investigación Científica?

Durante mi carrera profesional he tratado de cumplir la máxima de que amor a la ciencia supone un amor a la Humanidad. El premio supone un agradecimiento a mis colaboradores, ya que la investigación científica es una asignatura compartida. También debe suponer un agradecimiento a la sociedad en su conjunto, por permitir profundizar en el conocimiento en la materia en la que trabajo, la Inmunología.

¿En qué situación se encuentra actualmente esta disciplina?

Es conocido que desde los 90 del siglo pasado y hasta la primera década del siglo XXI es una de las ciencias que más desarrollo ha alcanzado, lo que permitido la obtención de tres nobeles. En este periodo hemos podido conocer cómo es el sistema inmune y cómo responde a las agresiones externas. A pesar de todos estos conocimientos, sin embargo, aún existen patologías, como por ejemplo el lupus y la artritis reumatoide, en las que no ha habido importantes avances y en las que, en suma, no se conoce porqué el sistema inmune realiza un ataque al propio organismo en vez de al agente patógeno. Los tratamientos que se emplean actualmente son casi los mismos que hace 30 y 40 años. El gran salto que se debe dar es el diseño de estrategias que de manera efectiva puedan servir para el tratamiento de estas enfermedades.

¿En qué situación se encuentran estas investigaciones?

En los últimos años, hay que destacar que se han producido grandes avances en cuestiones asociadas al sistema inmune. Un ejemplo es los pocos rechaces en los trasplantes alogénicos, en los que España es un referente mundial. Otro es la vacuna en la hepatitis B. Esperemos que podamos decir lo mismo con el virus del sida o con la hepatitis C en los próximos años. Hay que resaltar, no obstante, que se han producido avances en la medicina de Occidente, pero que tenemos un problema con los tratamientos de enfermedades de países en desarrollo, como la malaria.

¿Conocemos ya los motivos por los que el sistema inmune se subleva y ataca al propio organismo en vez de a los organismos patógenos?

Tenemos bastante información en la actualidad sobre los mecanismos moleculares implicados en estos procesos, pero nos hemos encontrado que son más complejos de lo esperado. Las estrategias experimentales se deben dirigir, por este motivo, no sólo a una diana en concreto, sino a accionar sobre varias en conjunto. Hay que recordar que las tecnologías -ómicas (Genómica, Proteómica...) han permitido avanzar en la respuesta sobre esta reacción del sistema inmune. Gracias a ello sabemos que las células tumorales son clave en el conocimiento del sistema inmune, ya que éstas se producen y desarrollan porque el sistema no las rechaza. Con esta información se han podido realizar acciones contra determinados tumores, como el melanona.

Cogiendo una bola de cristal, ¿se podría vaticinar en qué enfermedades relacionadas con el sistema inmune habrá avances significativos en una década?

Esperamos avances en todas, pero es difícil determinarlos. ¿Seremos capaces de erradicar algunas enfermedades como lo hicimos, por ejemplo, con la viruela? Si podemos aventurar que seremos más capaces en el tratamiento de diferentes tumores, pero no se puede establecer el grado de conocimiento que se tendrá entonces, aunque será mayor que el actual.

Trabaja en un centro puntero del CSIC, el Centro Nacional de Biotecnología, en el que se han formado unos 600 científicos y se ha producido gran cantidad de conocimiento plasmado en 400 publicaciones en revistas científicas. Además del suyo, ¿qué otros centros de investigación son pioneros en España en el campo de la Inmunología?

Hay grupos importantes en Barcelona, Madrid, Andalucía o Valencia, por proponer algunos casos. Esta ciencia ha avanzado extraordinariamente en los últimos años en España y, aunque no estamos a la altura de referencias como Harvard o Stanford, nos acercamos a estos grandes centros. Por este motivo, soy optimista sobre el desarrollo científico tanto en este campo como a nivel general en las ciencias experimentales y la investigación, a pesar de estos tiempos de crisis.

Ya que saca el asunto, usted ha tenido cargos de responsabilidad política en los últimos años. ¿Qué opinión tiene de la futura Ley de Ciencia, que se encuentra en tramitación parlamentaria, y la apuesta por la Economía sostenible del actual Gobierno?

Durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se ha producido un importante apoyo para estos fines, aunque en la segunda legislatura han existido dificultades. Yo considero que si no apostamos en estos momentos por la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i), seguiremos siendo vulnerables en las próximas crisis económicas. La apuesta por la economía sostenible permite construir un modelo sólido de país y permanecer en la élite. Además de generar conocimiento, nos podremos permitir ser solidarios con otros. En este sentido, la Ley de Ciencia da un pasito importante, pero me gustaría que fuera más ambiciosa. Espero que en la tramitación parlamentaria se incluyan este tipo de modificaciones.

De vuelta al laboratorio, ¿en qué líneas de investigación se va a centrar?

Estamos muy interesados en saber cómo los linfocitos patrullan por el organismo y cómo detectan a los agentes patógenos. Estos mecanismos son los mismos que los que emplean las células tumorales para producir la metástasis. Por este motivo, la asociación de ambas cuestiones puede permitirnos combatir con más efectividad el desarrollo de los tumores. Por otra parte, queremos luchar contra las células tumorales centrándonos en la denominada célula madre tumoral, la que inicia el proceso. Esta línea de investigación está ligada al conocimiento de las células madre y al envejecimiento y puede tener un desarrollo de entre 10 y 15 años.

Fuente: DiCYT
Derechos: Creative Commons
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