El Centro de Investigación en Agrogenómica (CRAG) -un consorcio del CSIC-IRTA-UAB recientemente inaugurado por Cristina Garmendia, Ministra de Ciencia e Innovación- está entre los 22 nominados a los Distintivos de Excelencia Severo Ochoa. Pero sus grupos de investigación llevan desde 2003 trabajando en temas de Biología de las plantas y animales de granja para mejorar los sistemas agroalimentarios. Su director, Pere Puigdomènech Rosell, nos da las claves de su éxito.
¿En qué áreas de investigación se considera puntero?
En las aplicaciones de la genómica, es decir en el análisis masivo de datos genéticos, genotípicos y moleculares. El centro también destaca en las aplicaciones a plantas para temas de investigación más básica y avanzada, y en aplicaciones en plantas y animales para la alimentación. Es un centro puntero en Europa.
Desde que el centro empezara a funcionar en 2003, ¿qué casos de éxito habéis tenido?
El grupo es pionero en el análisis de genomas de plantas y animales. Hemos liderado un proyecto internacional en el que han participado las mayores empresas mundiales de semillas en genómica del melón. Ahora estamos acabando la secuenciación de esta especie, que es el primer genoma complejo que se habrá secuenciado desde el inicio en España.
¿Qué importancia tiene este fruto para España?
Es una especie importante porque nuestro país es el primer exportador mundial. Es también esencial a nivel social en ciertas regiones y su semilla muy valiosa porque es híbrida, por lo que tiene un interés importante para las industrias. Especies como el melón son el segundo grupo de especies hortícolas más importantes del mundo después del tomate por ejemplo, porque tienen un interés social muy grande para la alimentación y para la industria.
¿Qué otros genomas habéis secuenciado?
Hemos participado en el proyecto internacional del genoma de la fresa, en el del melocotón, etc. También hemos participado en la primera secuenciación del genoma de una planta, y fuimos el único grupo español que trabajó desde el inicio en el proyecto (los resultados se publicaron en 2001). Otro grupo del centro también ha realizado la primera secuencia parcial del genoma del cerdo ibérico.
¿Qué aportarán a la sociedad en los próximos años?
Los próximos años serán decisivos para la comprensión del funcionamiento de las plantas en términos de respuesta al estrés climático. Ya hay grupos trabajando en cómo las plantas responden a diferentes tipos de estrés como la sequía, los hongos, o los insectos. Otros científicos trabajan en cómo las plantas se construyen, se desarrollan, y forman sus flores y raíces. También es importante saber cómo reaccionan a los cultivos y a diferentes condiciones.
¿Cuáles son sus aplicaciones en las plantas?
Estas herramientas se utilizan para la mejora de especies hortícolas, frutales, y grandes cultivos como el maíz o el arroz. El reto es profundizar en el conocimiento de caracteres esenciales de las plantas y aplicarlo junto a grupos industriales para su mejora.
¿Y en los animales?
Se trabaja en proyectos europeos para la mejora del cerdo y la vaca. El objetivo, por ejemplo con la secuenciación del cerdo ibérico, es identificarlo, clasificarlo correctamente y protegerlo. Surgen temas como la resistencia a las enfermedades, la calidad de la carne, y la productividad.
Su centro es uno de los nominados a los primeros distintivos de excelencia investigadora que se entregarán en noviembre. ¿Qué es la excelencia investigadora para usted?
La investigación científica es una actividad que responde a distintas necesidades. Puede ser necesaria para solucionar problemas de una empresa, cuestiones urgentes de la sociedad o para encontrar respuestas a alguna de las grandes cuestiones que tiene planteadas la humanidad. En todos los casos, la investigación solo tiene sentido si se ha hecho el trabajo con creatividad y se proporciona la mejor respuesta posible en cada momento. Para mí la excelencia se define en contraste con la investigación rutinaria o académica.
¿Cómo valora la creación de este distintivo?
El distintivo Severo Ochoa es una novedad en España. Llevamos mucho tiempo diciendo que la investigación moderna la realizan grupos de investigación que están organizados en centros. Y es aquí donde se puede formular políticas y optimizar recursos. El programa Severo Ochoa va a permitir identificar modelos de funcionamiento que están actuando en nuestro país y dar una financiación que en tiempo de recortes es especialmente importante.
En el caso de recibir uno de los diez distintivos, ¿cómo utilizarían el dinero?
El distintivo nos permitirá aplicar la política del centro de forma eficiente. Necesitamos apoyar a todos los grupos nuevos para comenzar su actividad, cosa que es muy difícil en España porque los grupos jóvenes tienen problemas para empezar. El premio permitirá también estimular a los grupos para realizar proyectos entre ellos, y para optimizar la infraestructura en genómica. Como cambia de forma constante tenemos que reforzar las plataformas bioinformáticas y de análisis masivo dando apoyo a nuestros mejores grupos y a los más jóvenes.