Ángel Gil es catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y participa en Uniciencia para debatir sobre la medicina del S.XXI.
La información es poder y hace poco se publicaba el estudio que concluye que la televisión distorsiona la realidad sobre el sistema sanitario. Desde su punto de vista, ¿qué consecuencias tiene en la audiencia?
La información en los periódicos, y sobre todo en los medios audiovisuales, relacionada con la ciencia es difícil de transmitir teniendo en cuenta las rutinas periodísticas en las que el tiempo y espacio de cada noticia es muy limitado. La información de ciencia se transmite casi a modo flash y de esta manera, difícilmente se puede transmitir los diferentes avances científicos. No existe suficiente información y a la que se ofrece le faltan detalles. Quizás necesitaríamos espacios más específicos de temática científica como por ejemplo “La aventura del saber” en TVE 2.
Y el mensaje que llega desde la política, ¿Cree que hace justicia con la sanidad y sus usuarios?
Pienso que la comunicación en este sentido ha mejorado. Los responsables públicos en el ámbito de la sanidad, los gabinetes de prensa y los servicios de comunicación se han especializado poco a poco en el ámbito de la salud y, a pesar de que las declaraciones o las noticias sobre salud protagonizadas por los políticos y políticas de las diferentes comunidades autónomas suelen ser cortas y breves, las notas de prensa emitidas desde las instituciones públicas son más extensas y aportan una información contextualizada y con datos que ayudan a comprender mejor la situación sanitaria.
¿Y con el personal sanitario?
No. No se valora al personal sanitario en su justa medida. Son profesionales con mucha experiencia, serios, formados y trabajadores y sin embargo, pienso que la imagen pública de este colectivo está desprestigiada.
A priori, quienes manejan información certera respecto al estado actual de la Sanidad y la salud, en este caso de los españoles, es la comunidad científica. ¿Por qué su mensaje no llega con la rotundidad que sería deseable?
La comunidad científica en España es minoritaria. Nuestra voz se escucha muy bajito y en algunos casos la relegamos a otros actores sociales. No obstante, cuando la alzamos, la sociedad nos escucha ya que se entiende que la ciencia es un valor a largo plazo y de futuro. La responsabilidad social de la ciencia hacia la población es fundamental para el desarrollo social y por ello, la investigación ha de orientarse hacia su impacto en la población. En definitiva, debemos estar más cerca de las personas.
Hasta ahora el modelo de sistema sanitario universal de nuestro país se considera uno de los mejores alrededor del mundo. ¿Cómo valora la reestructuración que está sufriendo en los últimos tiempos en nombre de la crisis?
Ahora mismo el sistema sanitario está sufriendo cambios basados en el presupuesto, en el recorte. Quizás el error está en no comprender que el sistema público y universal que hasta ahora ofrecía la sanidad española es deficitario. No podemos pensar que vamos a ganar dinero con el sistema de salud pero, en la partida presupuestaria dedicada a la sanidad no es la más idónea para recortes. Estoy convencido de que existen otros espacios donde aplicar rebajas.
¿Qué consecuencias o cómo visualiza a medio largo plazo este sistema en España?
Ahora estamos en una situación muy delicada y tendremos que recuperarnos. Al hablar del futuro frente a la situación actual prefiero pensar que “no hay mal que cien años dure”. El problema es que, como el propio dicho termina, tampoco “cuerpo que lo aguante”. Para que el futuro sea próspero los representantes públicos han de entender que la sanidad no es un arma política que no se puede utilizar con el fin de buscar votos. Los partidos políticos presentes en el parlamento han de sentarse y alcanzar un pacto de Estado. La población lo está pidiendo.
Usted participa en UNICIENCIA en la mesa “La medicina del Siglo XXI”. En este sentido y teniendo en cuenta su trabajo en el área de la vacunación, ¿qué retos son los más importantes y en qué áreas?
Son muchos los retos que tenemos por delante. En cuanto a vacunación el trabajo realizado da sus frutos. Por ejemplo, podemos estar bien contentos de que en breve saldrá la vacuna contra el meningococoB, la vacuna contra el papilomavirus gozará dentro de poco de una mayor cobertura. Igualmente, la investigación en la vacuna del VIH es muy importante aunque encontrar una solución final va a costar más tiempo. Podría destacar el trabajo de Pedro Alonso y su lucha contra la malaria o al equipo de Montañez, en Zaragoza y su trabajo contra la tuberculosis, tres grandes enfermedades, en definitiva, que matan a millones de personas alrededor del mundo.
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