“La mayoría de la gente no llega a darse cuenta de lo brillante que es. No encuentran a profesores que realmente creen en ellos y se convencen de que son estúpidos”. Este fue el monólogo del matemático y escritor canadiense John Mighton (Hamilton, 1957) en la película El Indomable Will Hunting en la que interpretó al asistente del profesor Lambeau. Siguiendo esta filosofía, Mighton fundó en 2001 la organización JUMP Math, con un programa que devuelve la confianza al alumno, reduce la ansiedad y refuerza su potencial en una de las asignaturas con las que él mismo tuvo problemas, las matemáticas.
A muchos niños no les gustan las matemáticas en el colegio. ¿Por qué no las entienden?
Es una pregunta complicada. Algunas investigaciones muestran que muy pronto, posiblemente a la edad de seis años, en 1º de Primaria, los niños empiezan a compararse entre ellos y deciden quién es bueno y quién no en matemáticas. Si la conclusión es que no tienen talento, dejan de prestar atención, no se entusiasman, no recuerdan las cosas, etc. Las matemáticas son como una escalera: si tropiezas en un escalón es difícil seguir. Y si se quedan atrás se ponen nerviosos e incluso pueden empezar a portarse mal. La razón principal por la que los niños no aprenden matemáticas es psicológica.
¿Pero puede haber también una razón cognitiva?
Sí. Otros estudios demuestran que los niños sufren de sobrecarga, sus cerebros se saturan. Deberían enfrentarse a retos más pequeños para que tengan éxito con estos pequeños desafíos y puedan seguir avanzando.
Entonces es posible que los niños disfruten con las matemáticas…
¡Claro! Existen multitud de evidencias que muestran que a cualquier niño le pueden gustar las matemáticas si se enseñan bien. He visto a niños animarse con las matemáticas y les he oído pedir deberes en esta materia. Les encanta resolver puzles, son curiosos, se hacen preguntas constantemente, les gusta explorar y adoran los videojuegos en los que un reto lleva a otro. Las matemáticas tienen esa misma estructura.
Pero ¿todos tenemos el talento y el potencial para entender las matemáticas?
Por supuesto. Te doy un ejemplo. Antes de lanzar mi proyecto, solía dar clases particulares de matemáticas y mi primer alumno estaba en una clase especial de apoyo en 6º de Primaria. A su madre le dijeron que nunca sería capaz de aprender matemáticas porque eran demasiado complicadas para él. Pero ha acabado su doctorado en Matemáticas. Ahora es profesor.
Fotograma de la película El Indomable Will Hunting (1997), donde John Mighton (izquierda) interpreta el papel de Tom, el asistente del profesor Lambeau, junto a Matt Damon (derecha)
¿Y todo gracias a su método?
Bueno considero que el 99% de la población debería saber matemáticas a un nivel alto si estas se enseñan bien. Hicimos la prueba en una clase de 5º de Primaria al comienzo del curso. En las primeras evaluaciones, las notas de sus exámenes en matemáticas iban de 9 a 73 (sobre 100). La media estaba en 54. Este es un resultado típico para este curso en todo el mundo. Un año más tarde, la nota más baja fue 95 y la media se situó en 98. Esto motivó a los 17 estudiantes a participar al año siguiente en un concurso de matemáticas. De ellos, 14 obtuvieron premios y los otros tres se quedaron cerca. Después de dos años, resolvían problemas y amaban las matemáticas.
¿Recuperar la confianza como lo hicieron estos alumnos es la clave?
En parte sí, porque si los niños piensan que son buenos en matemáticas piensan que lo son en todas las demás asignaturas. Empiezan a sentirse más seguros porque tienen buenas notas en una materia que se supone que es difícil. Pero en realidad las matemáticas son fáciles si se enseñan bien.
¿Cómo se pueden enseñar bien?
Que quede claro que me encantan los maestros y los profesores. Son mis héroes, pero muchos de ellos, sobre todo los de niños de Primaria, nunca admitirán que no saben lo necesario de matemáticas, se ponen nerviosos y no tienen tiempo de desarrollar grandes lecciones. Nos hemos dado cuenta de que son necesarias guías on line para ellos. En el equipo somos todos matemáticos y en los últimos diez años hemos partido las matemáticas en micropasos. Estas guías ayudan a los profesores a enseñar matemáticas partiendo de retos más pequeños para los niños. Esto facilita el aprendizaje. Muchas veces no les hacemos sentir que sí se puede. En nuestro programa JUMP Math aportamos a los profesores materiales para reconstruir esa confianza en todos los alumnos.
Ha tenido mucho éxito en Canadá, pero ¿los profesores españoles podrían también emplear su programa?
Sí, porque las matemáticas son muy similares en todo el mundo. No hay mucha diferencia entre países porque el método matemático es universal. Se puede introducir a edades distintas pero tarde o temprano se iguala. Uno de nuestros proyectos es implementar JUMP Math en España y traducirlo en castellano y catalán.
¿Qué hay de los padres?
Pueden usar el programa también. De hecho muchos profesores que lo utilizan lo han probado antes con sus propios hijos porque ya tienen en mente los planes de las lecciones.
Parece que las matemáticas son más que números. ¿Qué representan para usted?
Ver patrones por todas partes y hacer conexiones entre las cosas. Algunas son muchas veces sorprendentes, elegantes y bellas. Los niños saben verlo y apreciarlo, contrariamente a los adultos. La razón por la que estos no pueden es porque fracasan demasiado. Es el fracaso lo que nos hace pensar que las matemáticas no son preciosas.
Hablando de conexiones, usted se ha sentido muy atraído por lo que une ciencia y arte, y en su caso por el vínculo entre matemáticas y filosofía…
Muchos de los grandes matemáticos y científicos tienen un gran sentido de la belleza y siempre intentan simplificar las cosas y hacerlas más elegantes. A mí me ha guiado el sentido de la analogía y de la similitud en mi trabajo como matemático. Siempre intento sentir estas conexiones. Y es muy similar a lo que hago como escritor y guionista, siempre intento establecer relaciones poéticas entre las cosas. Sorprendentemente pasa lo mismo en matemáticas.
¿Qué belleza hay en las matemáticas?
Hay belleza en las montañas o en las estrellas, en el mundo visible. Nos sorprenderíamos si los niños no lo vieran. Sin embargo, pueden no tener ningún sentido del mundo invisible. Por eso empecé JUMP Math, porque cada niño tiene derecho de tener acceso a esa belleza. Es como andar en un parque precioso. No podemos poner muros a un parque y que solo unos pocos tengan acceso a él. Es lo que hemos hecho con las matemáticas. Hemos puesto muros para acceder a ellas. Pero son libres e inagotables.