Entrevista a Carmen Yarritu, directora de enfermería del Hospital Alto Deba (Gipuzkoa)

“Los profesionales deben respetar el proceso del parto y sólo intervenir si surge algún riesgo”

Directora de Enfermería del Hospital Alto Deba de Guipúzcoa y miembro de la junta directiva de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), Mª Carmen Yarritu presentó las últimas técnicas de asistencia a partos en el XVI Congreso Nacional de Hospitales, celebrado en junio en Cáceres.

Mª Carmen Yarritu
Mª Carmen Yarritu, durante el XVI COngreso Nacional de Hospitales en Cáceres. Foto: SINC.

¿Cómo ha cambiado el parto en los últimos 40 años?

En la segunda mitad del siglo XX el parto se llevó a los hospitales para disminuir la mortalidad materno-infantil. El problema es que como el parto estaba muy masificado en esas fechas, se medicalizó y se empezó a tratar con unas rutinas que hoy en día no están respaldadas por una buena práctica. Es cierto que esto fue un logro porque permitió tratar el dolor y aumentar la seguridad, pero también tuvo inconvenientes. Afortunadamente, el modelo en la atención previa al parto ha cambiado y hoy está delimitado con bastante certeza qué mujer puede tener un parto de riesgo.

Muchas mujeres quieren volver al parto natural y reducir el nivel de medicalización de todo el proceso, ¿qué piensas?

El parto es un proceso natural, no una enfermedad. Por eso hoy en día se está volviendo al parto en casa, como hace varias generaciones. La diferencia es que ahora hay más seguridad ya que se deben cumplir una serie de criterios como, por ejemplo, tener un hospital cerca por si el parto se complica o por si no avanza. Hemos vuelto a lo que hacían nuestras madres, pero con las ventajas de lo que hemos avanzado hasta ahora.

Ninguna intervención es inocua. Y con la medicalización estás interfiriendo en los cuerpos de las mujeres. Por ejemplo, la cesárea conlleva complicaciones. Si puede haber un parto normal e intervienes, estás asumiendo un riesgo innecesario. La Organización Mundial de la Salud hace ya muchos años que dice que hay que cambiar de modelo.

¿En qué están trabajando los hospitales?

Han cambiado tanto los factores sociales como los factores científicos. La natalidad ha disminuido y la mujer está mucho más informada y quiere que se defiendan sus derechos. Hoy las mujeres quieren ser protagonistas de su parto. Esto hay que armonizarlo con lo que el hospital debe ofrecer, ya que cuando hay un parto de riesgo el que debe tomar las decisiones es el profesional.

Hoy los hospitales trabajan en unos planes de parto específicos para cada mujer sin que choque con los protocolos de seguridad. Se informa a las mujeres de sus opciones y se intenta llegar a un acuerdo. Se hace como un consentimiento informado. Además se están intentando adecuar las estructuras con paritorios individuales y con libertad de movimientos, bañeras, aparatos de dilatación, etc. Que el aparataje facilite que los profesionales puedan trabajar de otra manera.

¿Hay muchas diferencias entre las comunidades?

Cataluña y el País Vasco ya tienen hecha la guía de actuación, y otras están trabajando desde los centros sanitarios en los protocolos de atención al parto natural. La gran diferencia está al comparar España con países como Inglaterra, que tienen guías publicadas desde 1996.

¿Cómo ve el futuro?

El cambio de estructura no es fácil, pero ya se están impulsando muchas maternidades españolas. Es un movimiento imparable. Tenemos que conseguir que las mujeres, desde que llegan al hospital hasta que tiene al bebé, estén en el mismo sitio y con su acompañante. Los profesionales deben respetar el proceso del parto y sólo intervenir si surge algún riesgo.

Nuevas líneas de actuación en la asistencia al parto

La Estrategia de atención al parto normal, aprobada en 2008 por el anterior ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria, recoge varias recomendaciones para asistir a las mujeres embarazadas a su llegada a los hospitales que actualizan antiguos modos de actuación de la sanidad española:

Rasurado del periné: Evitar la práctica rutinaria del rasurado perineal a las mujeres de parto ya que la evidencia disponible es insuficiente para recomendar su realización para la prevención de infecciones perineales. Su práctica se considera injustificada debido a las molestias que ocasiona. Opcionalmente, y si se considera necesario al momento de realizar una sutura, se podrá hacer un rasurado parcial del vello pubiano, o según preferencia de la parturienta.

Enema: desaconsejar la administración rutinaria de enema a la gestante. Aplicar opcionalmente, previa información, si la gestante lo desea por algún motivo.

Acompañamiento durante el proceso: permitir a todas las mujeres a que cuenten con personas de apoyo durante todo el proceso de modo ininterrumpido, facilitando que el acompañamiento se inicie desde las etapas más tempranas del mismo. Las mujeres que reciben apoyo continuo son menos proclives a recibir analgesia/anestesia, tener partos vaginales instrumentales, tener partos por cesárea o manifestar insatisfacción por su experiencia de parto.

Periodo de dilatación: instruir a la embarazada en el reconocimiento de los signos de un verdadero trabajo de parto para reducir el número de consultas de guardia por falsos trabajo de parto. Facilitar que la gestante pueda deambular y elegir adoptar la posición de acuerdo a sus necesidades y preferencias. Permitir la ingestión de alimentos, principalmente líquidos, según las necesidades de las gestantes. Potenciar entornos amigables (naturales, arquitectónicos y psico-sociales) que ayuden a una actitud y vivencia en las mejores condiciones. Utilizar el partograma como método de evaluación del progreso del parto. Realizar una monitorización y control del bienestar fetal adecuado a las recomendaciones de la OMS. No realizar amniotomía de rutina. No colocar vía venosa periférica profiláctica de rutina. El empleo de la oxitocina se limitará a los casos de necesidad. No se considera necesaria si el progreso del parto es el adecuado. Limitar el número de tactos vaginales a los mínimos imprescindibles.

Manejo del dolor durante el parto: informar previamente a las mujeres sobre los diferentes métodos para el alivio del dolor, sus beneficios y potenciales riesgos. Informar a las mujeres de la capacidad cerebral de producir sustancias analgésicas (endorfinas) en un parto fisiológico en condiciones de intimidad. Informar sobre los riesgos y consecuencias de la analgesia epidural para la madre y la criatura. Ofrecer a las mujeres la posibilidad de elegir uno o varios métodos, si lo desean. Para aquellas mujeres que no desean emplear fármacos durante el parto, se deberá informar sobre la evidencia de otros métodos alternativos disponibles.

La analgesia epidural es el método para el alivio del dolor más estudiado y difundido. Sin embargo, las mujeres que utilizan este método tienen mayor riesgo de tener un parto instrumental y fracaso de la lactancia materna. Algunos países están utilizando como alternativa la administración inhalatoria de óxido nitroso al 50%. Se describen además, otros métodos no farmacológicos tales como: acompañamiento, inmersión en agua, acupuntura, masajes y pelotas de goma.

Posición materna durante el periodo expulsivo: hasta que se disponga de datos de estudios clínicos más rigurosos, las recomendaciones se consideran tentativas: permitir que las mujeres adopten la postura que espontáneamente prefieran, decidir libremente qué posición adoptar durante todo el proceso, incluido el expulsivo, capacitar a profesionales de la atención al parto en las diferentes posiciones e investigar las percepciones de las mujeres y los factores que influyen en la elección de las posiciones que adoptan.

Episiotomía: promover una política de episiotomía selectiva y no sistemática. No suturar los desgarros leves o cortes menores. De ser necesaria, se aconseja realizar episiotomía medio-lateral con sutura continua de material reabsorbible. Mejorar la formación sobre la protección del periné.

Alumbramiento: no pinzar el cordón con latido como práctica habitual. Al no existir uniformidad respecto al alumbramiento expectante o activo como práctica en el Sistema Nacional de Salud, se recomienda realizar una investigación sobre el riesgo de sangrado en la tercera fase del parto, en partos seguidos en condiciones fisiológicas no intervenidos y en aquellos con manejo activo, que aporte conocimiento útil para poder elaborar las oportunas recomendaciones.

Fuente: SINC
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