En su recién estrenado despacho del nuevo edificio Quorum V, Oscar Reinoso, director del Departamento de Ingeniería de Sistemas Industriales de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), lleva una apretada agenda con el final de curso y la preparación del siguiente, inmerso además en la adaptación de títulos al plan Bolonia y en sus propias investigaciones de Robótica con el Grupo de Automatización, Robótica y Visión por Computador. Especializado en visión artificial, posee una amplia experiencia de colaboración con la empresa privada, desde pymes hasta grandes firmas como la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, Cristalería Española o Inalco Cerámica. Según el profesor, los empresarios han de ver la crisis como una oportunidad para incorporar la I+D+i en sus sistemas productivos y mejorar su posicionamiento en el mercado.
¿Cómo está viviendo la adaptación de los planes de estudio al proceso de Bolonia?
Con expectación. Soy algo crítico con el nuevo sistema y habrá que esperar para ver si funciona. Desde el Departamento, impartimos los estudios de Ingeniería Industrial e Ingeniería de Telecomunicaciones y, a partir del nuevo curso, también el Grado de Ingeniería en Electrónica y Automática Industrial. El proceso de Bolonia implica una adaptación completa de los planes de estudio y, aunque, la reforma en las titulaciones de Ingeniería quizá no sea tan acusada como en otros estudios, se notarán bastantes diferencias.
Implica cambiar por completo el actual sistema de enseñanza y aprendizaje, con lo que nos tendremos que adaptar tanto profesores como alumnos a la nueva dinámica. Básicamente, se le exigirá más al alumno quien tendrá mayores responsabilidades en el proceso. Cambia su papel a uno más activo, tendrá que trabajar e implicarse mucho más y el profesor estará para motivar y apoyarle. La duda es si el alumnado va a responder.
Uno de los aspectos que se resalta es que favorecerá el acercamiento a la empresa, ¿está de acuerdo?
Puede que sí se potencie pero no será un salto significativo por lo menos en esta Universidad, porque ya ha hecho los deberes con anterioridad al fomentar desde el principio una relación fluida con el sector privado. Así y a modo de ejemplo, aunque no sea obligatorio, un porcentaje muy elevado de alumnos ya realizan prácticas en la empresa.
A nivel investigador, tanto usted personalmente como su Departamento tiene una amplia experiencia en la colaboración con la empresa.
Es porque nos encontramos en el ámbito de la ingeniería donde los conocimientos son aplicados. La transferencia de los estudios a la industria ha de ser inmediata, si no, no tiene sentido. A partir de la investigación básica realizada en otros departamentos de la Universidad, desarrollamos prototipos que contribuyen a mejorar los sistemas productivos industriales y empresariales.
Imagino que las grandes compañías serán más receptivas a la transferencia que las pymes.
En Alicante nos encontramos con una gran cantidad de microempresas que piensan más en el día a día que en el medio o largo plazo. Es más visible en esta época de crisis, pero también anteriormente teníamos problemas para establecer contacto con ellas. Sin embargo, es razonable porque por sus características es complicado que acometan innovaciones que resulten beneficiosas de cara al futuro no inmediato. En las empresas grandes, por supuesto, es totalmente diferente porque suelen disponer de su propio departamento de desarrollo que contacta con las universidades para establecer relaciones y no les importa arriesgar en determinados productos o procesos porque van a sacar una rentabilidad a medio o largo plazo.
¿Una posible solución podría ser la asociación entre pequeñas empresas?
Podría ser una opción válida y seguramente sería beneficioso, pero no es tan fácil convencer a los empresarios por la noción que tienen de la competencia. No está imbuido en la pequeña y mediana empresa la idea de agruparse para investigar en nuevos procesos porque tradicionalmente han visto que si se diferencian del que tienen enfrente mejorando su producto, observan una mejoría en el mercado y, por tanto, reciben mayores beneficios. Es una característica que poco a poco es preciso ir corrigiendo.
¿Actualmente con qué empresas trabajan desde el Departamento?
En este momento tenemos en vigor diferentes contratos y convenios con empresas. Dentro del Grupo de Automatización, Robótica y Visión por Computador que coordino, participamos en la actualidad en cuatro proyectos de transferencia. Principalmente son con firmas pequeñas que desarrollan productos tecnológicos para otras empresas más grandes y contactan con nosotros para darles apoyo en determinados temas especializados. Por ejemplo, nuestras investigaciones en visión por computador resultan de gran interés para las empresas de realidad virtual. Así, acabamos de terminar colaboraciones con otras empresas de sectores más tradicionales como de fabricación de maquinaria, en concreto para ayudarles a resolver cuestiones de automatización de sus procesos productivos.
Al inicio de su carrera trabajó durante 3 años en el departamento de I+D de una empresa privada, desarrollando un proyecto de investigación. ¿Le sirvió esta experiencia para entender mejor la realidad empresarial?
No sé si debería ser obligatorio para todo universitario pasar por la empresa como recomiendan algunos expertos pero sí que creo que, sin duda, es muy recomendable porque aumentan las posibilidades de éxito a la hora de establecer relaciones. Puedes entender sus circunstancias ya que las has vivido.
¿Cuáles son las principales diferencias entre los dos mundos?
El tiempo es la principal diferencia. En la obtención de los resultados, pongamos por caso, desde la universidad necesitamos cierto tiempo para desarrollar un proyecto de manera exhaustiva para garantizar su funcionamiento. Por el contrario, en el ámbito empresarial no es posible porque se carece de ese margen. Recuerdo cuando trabajaba en la empresa desarrollando sistemas de visión destinadas a fábricas cerámicas que el ritmo era frenético. En la empresa los resultados siempre deben ser inmediatos, mientras que en el mundo universitario se establecen objetivos a medio plazo.
Además de pasar estancias en la empresa, ¿qué otros mecanismos considera que se podrían articular para estimular las relaciones?
Hay personas mucho más preparadas que yo para contestar a esta pregunta aunque opino que exige un apoyo claro por parte de las administraciones. Sin embargo, entiendo que no debe ser en forma de subvención a fondo perdido porque las empresas han de arriesgar algo, han de comprometerse con el proyecto. Lo que es obvio es que para afrontar la crisis en mejores condiciones, el sector productivo ha de incrementar su capacidad tecnológica, y las universidades en eso podemos ayudar.
¿En la Comunitat Valenciana la crisis económica favorecerá la apuesta por la I+D?
Probablemente en algunas firmas sí. En sectores más tradicionales, como en el calzado, se hace necesario dar un valor añadido al producto que hasta ahora no había sido imprescindible porque habían competido en precios. En este mundo globalizado, ya no pueden competir en producción masiva y han de hacerlo en diseño, por ejemplo.
He participado en varios Desayunos Tecnológicos organizados por la Universidad con empresarios de la provincia y se les transmite ese mensaje: hay que aprovechar este momento para apostar por la investigación y la trasferencia tecnológica para posicionarse mejor en los diferentes sectores. Además, se les presenta la variedad de entidades en las que se pueden apoyar: universidades, centros tecnológicos, fundaciones, otras empresas, etc. Ahora, aunque salgan los empresarios convencidos de estas reuniones, depende de las circunstancias de cada empresa si pueden o no llevar este objetivo a la práctica.
¿Cuál es el grado de implantación de la Robótica en la actualidad?
Lleva unos años desarrollándose y en el futuro sin duda se dispararán las aplicaciones, pero de momento no llega a implantarse definitivamente en el ámbito industrial ni en el de servicios. Esto se debe a que se ha conseguido diseñar máquinas que realicen tareas repetitivas en un entorno controlado pero ahora los investigadores buscamos que tengan cierto grado de inteligencia, es decir, que tengan la capacidad de tomar decisiones para desarrollar procesos no repetitivos y en entornos desestructurados (desenvolverse con personas, con otros objetos en movimiento, etc.). Seguimos investigando porque es un salto de gran complejidad y existen prototipos para ayudar a las personas mayores o asistir a discapacitados, por ejemplo, pero estos sistemas necesitan de un amplio periodo de prueba para garantizar su funcionamiento y su seguridad. En unos años cuando esto esté resuelto, observaremos cambios significativos.
¿Cuál es el proyecto estrella de su grupo de investigación?
Empezó hace año y medio y consiste en la integración de sistemas de visión en robots autónomos o móviles. En relación con lo que comentaba anteriormente, la complicación es que los robots se desenvuelvan en entornos cambiantes, dinámicos, y nosotros investigamos la manera de que un conjunto de robots exploren una determinada zona, interior o exterior, y elaboren un mapa del entorno a partir de la información obtenida por sus sistemas de visión. Cuando dejamos a un sistema de robots en un lugar, para orientarse, lo primero que necesitan es conocer el mapa de su entorno. Por tanto, trabajamos en el desarrollo de esos mapas a medida que se muevan los robots por ubicaciones desconocidas. Es un tema que todavía no está resuelto pero que es de vital importancia para que después esos mismos robots empiecen a interaccionar con lo que les rodea.
¿Mantienen colaboraciones con otras universidades y centros españoles?
Seguimos muy vinculados con la Universidad Politécnica de Madrid porque varios de los profesores que trabajamos activamente en el grupo de investigación iniciamos allí nuestra carrera investigadora pero también colaboramos con la Universidad de Alicante, la Jaume I de Castellón y la de Málaga, entre otras. Dentro del campo de la Robótica hay miles de líneas de investigación y en ocasiones hay aspectos que coinciden y entonces resulta oportuno cooperar pero no hay que forzar las interconexiones, han de surgir de manera natural.