Células transgénicas impiden la propagación del virus del sida

Investigadores del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM) han identificado un potente factor antiviral producido por células modificadas genéticamente e infectadas por el virus del sida. Este factor protege a las células vecinas contra la infección por el virus y podría utilizarse para frenar su propagación en pacientes.

Células transgénicas impiden la propagación del virus del sida
La foto superior muestra una fotografía tomada en el microscopio electrónico de un linfocito T infectado por el virus VIH que está liberando al exterior una gran cantidad de partículas víricas infecciosas. La foto inferior muestra un linfocito T infectado en las mismas condiciones que la anterior pero en presencia de EDAF. Esto resulta en una inhibición de la replicación de VIH de forma que la célula infectada no produce nuevas partículas víricas detectables.

El equipo formado por los investigadores Irene Zaldívar, Ester San José y Balbino Alarcón del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM)), en colaboración con María Ángeles Muñoz del Hospital Gregorio Marañón, se ha dedicado en los últimos 9 años al descubrimiento y caracterización de un nuevo factor antiviral que podría convertirse en un nuevo tratamiento para el SIDA.

El descubrimiento, publicado en Journal of Immunology, surgió a raíz de los trabajos que el grupo estaba haciendo sobre terapia génica del SIDA. CD4 es el receptor celular que el virus del SIDA utiliza para entrar en las células que infecta (principalmente linfocitos T). El virus tiene una proteína que se llama gp120 que es la responsable del reconocimiento de CD4. La idea original era expresar en linfocitos T una forma modificada de CD4 que atrapara a gp120 dentro de la célula infectada e impidiera la formación de nuevos virus capaces de salir e infectar nuevas células.

El hallazgo más sorprendente fue, sin embargo, que cuando se infectaban poblaciones heterogéneas de linfocitos, unos pocos que expresaban la forma modificada de CD4 y otros muchos que no, se frenaba la propagación del virus en todos los linfocitos. Esto era debido a que los linfocitos que expresaban la forma modificada de CD4, y que eran infectados por el virus, liberaban al exterior un factor soluble que impedía la infección de los linfocitos vecinos, tuvieran la forma modificada de CD4 ó no.

Tras varios años de intentos, los investigadores consiguieron purificar el factor antiviral en cantidad suficiente como para averiguar su composición. El factor antiviral consiste en un fragmento de la proteína vírica gp120. Al parecer, la presencia en los linfocitos infectados de la forma modificada de CD4 hace que gp120 sea cortada de una forma anómala, produciéndose un fragmento que una vez liberado al exterior de la célula infectada impide que el virus del SIDA pueda interaccionar con su receptor CD4 en nuevas células. De esta forma se frena la expansión del virus.

El factor, denominado EDAF (de las siglas en inglés “Envelope-Derived Antiviral Factor”) ofrece posibilidades para el tratamiento de pacientes con SIDA, tanto en su infusión directa intravenosa como mediante procedimientos de terapia génica.

Finalmente, EDAF podría utilizarse como base de una nueva vacuna. No obstante, la capacidad protectora de EDAF tiene que ser estudiada todavía en modelos animales, antes de poderse ensayar en pacientes.

Fuente: Universidad Autóma de Madrid (UCCUAM)
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