Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han llevado a cabo un estudio para conocer cuál es el impacto del crecimiento económico en la reducción de la ingesta insuficiente de alimentos o subnutrición en los países en desarrollo. La inversión en salud, educación y el acceso al agua han demostrado ser factores clave.
Un estudio realizado por el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales de la la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) desvela cuáles son los factores que explican la mejora en los niveles de subnutrición en los países en desarrollo. Aunque el crecimiento económico es un requisito previo importante para mejorar la nutrición en estos países, no es una condición suficiente. La inversión en salud, educación y el acceso al agua han demostrado ser factores clave a la hora de reducir los niveles de población subnutrida.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) define la subnutrición como la ingesta de alimentos que es insuficiente para satisfacer las necesidades de energía alimentaria de manera continua. El hambre y la subnutrición son problemas persistentes que afectan a más de 800 millones de personas especialmente en los países en desarrollo.
Para intentar responder a estas preguntas se realizado una investigación en la que se han efectuado varios análisis econométricos utilizando como fuente la base de datos de Indicadores de Desarrollo del Banco Mundial. La muestra utilizada ha sido de 27 países en desarrollo en un período temporal comprendido entre 1991 y 2012. Los primeros resultados evidenciaron que no todos los países han seguido una misma pauta en su evolución: mientras que unos han conseguido grandes avances en breve espacio de tiempo, otros han visto cómo la mejora en los niveles de subnutrición requería de un mayor plazo.
Impacto positivo
Los resultados del estudio permiten concluir que son necesarios casi dos años de crecimiento anual de ingresos para conducir a mejoras en la subnutrición. A medida que el crecimiento económico se sostiene en el tiempo su impacto en la reducción de la subnutrición es mayor, de modo que el impacto positivo del crecimiento económico sostenido en un plazo entre tres y ocho años es superior al impacto del crecimiento económico en el corto plazo.
A pesar del incuestionable hecho de que el crecimiento económico es una condición necesaria para reducir los niveles de subnutrición, no es suficiente. El impacto del crecimiento económico sobre la subnutrición muestra una doble vía: el impacto directo asociado al aumento de la renta per cápita y un impacto indirecto en la subnutrición vinculado a la inversión en servicios sociales, como es la inversión en educación, salud, acceso al agua y saneamiento. En el estudio se demuestra que el impacto indirecto del crecimiento económico a través de las citadas inversiones clave para la seguridad alimentaria supone cerca del 50% de su impacto total sobre la subnutrición.
Estos resultados permiten concluir, tal y como indica la investigadora Bárbara Soriano, que “incluso en ausencia de crecimiento económico, la inversión sostenida en educación, salud, acceso a agua potable y saneamiento contribuye a generar mayores avances en la reducción de la subnutrición en los países en desarrollo”.
Referencia bibliográfica:
Soriano, B.; Garrido, A. "How important is economic growth for reducing undernourishment in developing countries?". Food Policy 63: 87–101. (2016)