El cambio climático y la gestión inadecuada del territorio están generando entornos cada vez más propensos al fuego. Dos estudios publicados en Science confirman que los desastres forestales han aumentado a escala global. Sus autores advierten que solo una gestión preventiva, adaptada al contexto local y respaldada por apoyo político y social, puede frenar esta crisis en las próximas décadas.
En zonas rurales marcadas por el abandono y la matorralización, la ganadería extensiva se reinventa gracias a la combinación de técnicas tradicionales y tecnología. Proyectos innovadores convierten a los pastores en aliados que gestionan el territorio, protegen especies autóctonas, reducen el riesgo de incendios forestales y generan nuevas oportunidades económicas.
Las condiciones extremas de calor, sequedad y viento favorecieron los megaincendios en España y Portugal de agosto. Un nuevo estudio advierte que las olas de calor son ya 200 veces más probables y hasta 3 ºC más intensas que en la época preindustrial.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha cuantificado en 118 las catástrofes sufridas por los incendios forestales e inundaciones desde el pasado 23 de junio. Aunque la declaración no contiene ayudas concretas, insta a que todos los departamentos competentes dicten órdenes y resoluciones para que esos territorios reciban la bonificación correspondiente.
Una ola de graves incendios lleva ya varias semanas afectando a diferentes regiones de España y concentrando, como es natural, la atención de la ciudadanía, los medios de comunicación, los expertos y la esfera política. Son muchos los que buscan los porqués de la intensidad y voracidad del fuego, que ha arrasado más de 400 000 hectáreas.
La velocidad de propagación de los fuegos forestales en zonas de la Península aumenta debido a los efectos del cambio climático. El incremento de las temperaturas, la reducción de la humedad relativa, además de otros factores como el crecimiento de la vegetación, elevan el riesgo de que estos fenómenos sean más virulentos durante el verano en regiones del noroeste como Galicia, León y Portugal.
Estos fenómenos amenazan la salud pública más allá de la destrucción visible. Un análisis de los devastadores fuegos de agosto de 2023 en Lāhainā (Maui, Hawái) revela que la mortalidad fue dos tercios más alta de lo esperado ese mes.
Un análisis internacional revela que, a pesar de que la superficie quemada total disminuyó entre 2002 y 2021, se incrementó el número de personas afectadas en el mundo. Según los resultados, el 85 % de ellas viven en África. Los incendios forestales entre 1990 y 2021 han causado al menos 2 500 muertes y 10 500 heridos.
Los megaincendios de este verano en España evidencian no solo los efectos del cambio climático, sino también la desinformación que desvía el foco de las causas reales. Hablamos con Elvira Santiago y Carmen Rodríguez, de la Universidad de A Coruña, sobre cómo estos discursos simplifican y distorsionan el problema.
La distribución de los árboles para maximizar el aprovechamiento del espacio y la producción de madera genera masas de ‘combustible’ uniformes, con ejemplares de edad y tamaño similares, lo que facilita la propagación del fuego y eleva en 1,5 la probabilidad de incendios de alta gravedad.