¿Cómo sabe el cerebro que un perro es un perro?

A partir de técnicas de comportamiento y neuroimagen, investigadores de la Universidad College de Londres han rastreado cómo surge el conocimiento conceptual en el cerebro humano y cómo éste guía la toma de decisiones. El estudio, publicado en el último número de la revista Neuron, analiza cómo nuestro cerebro sintetiza conceptos que nos permiten organizar y comprender el mundo.

¿Cómo sabe el cerebro que un perro es un perro?
El hipotálamo es un área del cerebro que produce hormonas que controlan, entre otros, la temperatura corporal, el hambre y los estados de ánimo. Foto: Reigh LeBlanc.

El ser humano es el único animal capaz de utilizar conocimientos previos y aplicarlos en situaciones nuevas. Esto se hace posible a través del uso de conceptos, que se forman mediante la abstracción de la esencia común de varias entidades distintas, pero relacionadas. Aunque no hay duda de que el ser humano forma y utiliza conceptos constantemente, no se sabe mucho sobre cómo el conocimiento conceptual se crea en el cerebro o la forma en que nos guía para tomar decisiones eficientes.

“Aunque un Poodle y un Golden Retriever parecen muy diferentes entre sí, podemos apreciar fácilmente sus atributos similares, ya que pueden ser reconocidos como ejemplos de un concepto particular, en este caso, un perro”, explica Dharshan Kumaran, autor principal del estudio e investigador del Centro de Neuroimagen Wellcome Trust en la Universidad College de Londres (Reino Unido).

Desde hace tiempo, los estudios apuntan a que el hipocampo, una estructura del cerebro con una capacidad única de crear redes que permiten relacionar múltiples recuerdos, desempeña un papel muy importante en la adquisición del conocimiento conceptual, pero hasta ahora ha habido pocas evidencias concretas para apoyar esta afirmación.

Mediante el uso paralelo de medidas de comportamiento y neuronales, los investigadores encontraron que un circuito funcional, con la participación conjunta del hipocampo y la corteza prefrontal ventromedial, sostenía la creación del conocimiento conceptual. No obstante, era sólo el hipocampo el que predijo qué participantes serían capaces de aplicar con éxito los conceptos que habían aprendido al visualizar un nuevo escenario.

“Nuestro estudio muestra la capacidad de las personas para descubrir la estructura conceptual de sus experiencias visuales, y revela cómo las llamadas regiones “memoria” del hipocampo colaboran con “los módulos de decisión” en el lóbulo prefrontal para poner en uso esta información” concluye Kumaran.

Jugar a predecir el tiempo

El grupo de investigación de Kumaran diseñó un paradigma experimental que les ha permitido hacer un seguimiento de la aparición y aplicación del conocimiento conceptual. Los participantes jugaron a un juego en el que tenían la oportunidad de ganar dinero prediciendo correctamente si haría sol o llovería, basándose en el aspecto del cielo nocturno, representado por patrones en una pantalla de ordenador.

“Al principio del experimento, los participantes simplemente memorizaban el resultado asociado con cada patrón, aisladamente”, indican los autores. “Sin embargo, al instante se dieron cuenta de que los grupos de patrones estaban relacionados conceptualmente. Entonces, los participantes fueron capaces de resolver la tarea, e incluso aplicaron con éxito sus conocimientos a un entorno diferente donde los conceptos eran similares, pero los patrones en sí eran nuevos”.

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Referencia bibliográfica:
Maguire et al.: “Tracking the Emergence of Conceptual Knowledge during Human Decision Making." Neuron 63, 889–901, 24 de septiembre de 2009.

Fuente: SINC
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