Investigadores de la Universidad de Granada han caracterizado las propiedades físicas y mecánicas de la corteza terrestre en la regiónm granadina, que presenta una intensa actividad sísmica. El trabajo ha relacionado la temperatura de la corteza terrestre con la actividad sísmica, determinando que en las zonas con temperaturas más elevadas existe una probabilidad mucho menor de que se produzcan terremotos.
África y Europa se aproximan a razón de 4mm anuales, según una dirección de convergencia hacia el noroeste. La posición y geometría del límite entre ambas placas se desconoce con exactitud, pero se encuentra dentro del Arco de Gibraltar, una zona de intensa actividad sísmica, no estudiada en profundidad.
Investigadores del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC) y el Departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada (UGR) han caracterizado por primera vez las propiedades físicas y mecánicas de la corteza terrestre (en su región más superficial, hasta unos 30 kms de profundidad, donde se producen los terremotos de mayor magnitud). Su trabajo determina por primera vez dónde están situadas las fallas activas que existen en el Arco de Gibraltar, causantes de los movimientos sísmicos, obteniendo una importante información geológica y geofísica que podría ayudar a determinar las regiones donde la probabilidad de terremotos es mayor.
El autor de la investigación Fermín Fernández Ibáñez, cuya tesis “Sismicidad, reología y estructura térmica de la corteza del Arco de Gibraltar” ha sido dirigida por el prof. Juan Ignacio Soto Hermoso y José Molares Soto. Su estudio –enmarcado dentro del proyecto SAGAS, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra- ha realizado la radiografía más completa de las fallas del mar de Alborán. Los investigadores han caracterizado una región de intensa deformación donde el movimiento relativo de bloques se produce mediante fallas de salto en dirección de movimiento izquierdo, denominada “la zona de falla Transalborán”, que va desde Murcia hasta Alhucemas (Marruecos). La otra gran falla del Arco de Gibraltar –que cruza a la anterior perpendicularmente- transcurre desde Málaga hasta la costa de Argelia, y recibe el nombre de Nerja-Yusuf.
Estudio de los pozos petroleros
Fernández y Soto afirman que a nivel geológico, el sur de la Península Ibérica y el norte de África funcionan de una forma similar. Para caracterizar la manera en la que el Arco de Gibraltar se está deformando por el empuje de las placas, los investigadores han estudiado pozos petroleros, analizando las desfiguraciones que presentan debido a estas fuerzas.
La tesis de Fermín Fernández Ibáñez puede ayudar a prevenir desastres naturales. El autor afirma que, aunque tiene una intensa actividad sísmica y los movimientos de las fallas podrían provocar tsunamis, en el Arco de Gibraltar sería casi imposible que ocurriera un fenómeno de tanta envergadura.
El trabajo relaciona la temperatura de la corteza terrestre con la actividad sísmica. Así, han comprobado que en las zonas geográficas con temperaturas más elevadas existe una probabilidad mucho menor de que se produzcan terremotos que donde la temperatura es más baja. Dentro del Arco de Gibraltar la región al oeste de Sierra Nevada y Alhucemas son las zonas con más terremotos – bajas temperaturas de la corteza terrestre-, mientras que la zona de Almería y la región oriental del Mar de Alborán son las que menos probablemente sufrirán movimientos de tierra intensos-.
Los resultados se han publicado en las revistas científicas “Journal of Geophysical Research” o “Tectonics”. El grupo de investigación se enmarca dentro de Topo-Iberia, un proyecto que pretende crear una red sísmica temporal de banda ancha sin precedentes en nuestro país, compuesta por un mínimo de 80 estaciones sísmicas.