El proyecto EINA impulsado por el Instituto de Robótica de la Universitat de València favorece la eliminación de barreras y una mayor autonomía al colectivo afectado por discapacidades físicas o intelectuales.
Científicos del Instituto de Robótica de la Universitat de València han creado una herramienta informática para ayudar a las personas con autismo a controlar su entorno y alcanzar mayores niveles de autonomía. Este instrumento se integra en el proyecto EINA, que consiste en una aplicación, todavía en frase de prototipo, que se puede instalar en teléfonos móviles, ordenadores portátiles, etc. A través de un menú gráfico de usuario adaptable, las personas con alguna discapacidad, tanto física como intelectual, pueden comunicarse con los elementos de su alrededor, para conocerlos y controlarlos. Esta comunicación es posible gracias a unos dispositivos denominados Motas que permiten la instalación y mantenimiento de una red inalámbrica de forma sencilla.
La primera versión del proyecto, financiada por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) del Ministerio de Sanidad y Política Social, ha permitido el desarrollo de un prototipo que permite a las personas con discapacidad conocer los dispositivos disponibles en su ámbito cotidiano, como también encender y apagar todo tipo de aparatos e interruptores de forma inalámbrica, a través del nuevo dispositivo móvil. En la actualidad, “se ha desarrollado la parte más compleja del proyecto, pero todavía se necesita más financiación para su perfeccionamiento. Por una parte, para seguir desarrollando más funcionalidades y, por otra, para poder ofrecer el proyecto en un formato fácilmente instalable y con unas garantías de estabilidad adecuadas. De esta forma dejaría de ser un prototipo y podría ser un producto muy beneficioso para las personas con discapacidad”, explica el investigador Javier Sevilla, de la unidad de Autismo y Dificultades de Aprendizaje de la Universitat de València.
El objetivo del proyecto EINA, que ha contado con la colaboración de la Asociación Valenciana de Parálisis Cerebral (AVAPACE), es permitir el control y el conocimiento del entorno a las personas con discapacidad. Situaciones tan habituales para la mayoría de las personas como encender la luz de una habitación, apagar la radio o coger un ascensor son inaccesibles para muchos colectivos con movilidad reducida.
Generalmente, el problema de muchas personas con discapacidad cognitiva no es tanto controlar su alrededor, sino conocerlo. Existen muchas personas con autismo que necesitan saber qué hay en su entorno y cómo pueden utilizarlo. Por ejemplo, una persona con autismo al llegar a su casa, y aunque le guste la música, puede necesitar que se le indique de alguna forma que puede encender la radio, ya que está en su tiempo libre, y cómo hacerlo. “Esto es posible, ya que muchos de ellos requieren ayuda para saber qué actividades pueden hacer en un momento dado, como también que pueden elegir hacerlas. Este tipo de apoyos serían los que ofrecería EINA dentro de su línea de Conocimiento del entorno”, apunta Sevilla.
Los familiares o profesionales que atienden a estas personas con discapacidades suelen aportar estos apoyos. Sin embargo, iniciativas de investigación como el proyecto EINA de la Universitat de València permiten que esta ayuda sea aportada por un sistema informático que proporciona, a su vez, una mayor autonomía al colectivo afectado por este tipo de barreras.