Investigadores del Grupo de Magnetismo de la Universidad de Cantabria (UC) han descubierto un nuevo método que permite modificar el comportamiento térmico de metales tan utilizados como el hierro y el cobre cuando son preparados en partículas de tamaño nanométrico (1 nanómetro=10-9 metros). A diferencia de otras estructuras nanométricas, el sistema de fabricación utilizado en la UC permite la implementación industrial para la producción de los metales a gran escala.
La mayoría de las nanoestructuras se obtiene con técnicas muy sofisticadas y costosas o por procedimientos químicos que ofrecen poca productividad. En este caso se utiliza un método sencillo, de bajo coste y fácilmente re-escalable: la molienda mecánica. Aunque este sistema se utiliza desde hace décadas, la novedad científico-tecnológica es observar que ciertas propiedades térmicas de metales nanocristalinos, asociadas a las vibraciones de los átomos, se pueden modificar cuando se varía el tamaño de las partículas metálicas en el momento de su producción, apareciendo nuevas contribuciones que hasta ahora no se habían detectado.
Menos de un mes ha tardado la prestigiosa revista británica en aceptar la publicación del artículo “Phonon softening on the specific heat of nanocrystalline metals”, lo que demuestra el interés del estudio. Se trata una contribución en nanociencia-nanotecnología íntegramente realizada en los laboratorios de la UC, confirmando así las posibilidades de realizar, en este campo, una investigación aplicada con implicaciones tecnológicas a nivel internacional.
Nanopartículas metálicas
Las nanopartículas metálicas se han caracterizado utilizando el Microscopio Electrónico de Transmisión (TEM) de la Universidad de Cantabria, instrumento de muy alta resolución adquirido por la institución hace dos años. Además se han utilizado otras infraestructuras competitivas al más alto nivel con las que cuenta el Departamento Ciencias de la Tierra y Física de la Materia Condensada (CITIMAC) como son el sistema QD-PPMS, equipo de fabricación estadounidense para la medida de las propiedades físicas de los materiales, y la Espectroscopia RAMAN fabricada en Francia, que permite analizar materiales sometidos a altas presiones y condiciones extremas para estudiar su comportamiento.
El descubrimiento es fruto del trabajo de los profesores del Grupo de Magnetismo Daniel Rojas, Luis Fernández Barquín y Jesús Rodríguez Fernández, con la colaboración del profesor e investigador Jesús González, del Grupo de Altas Presiones de la Universidad de Cantabria (ambos grupos pertenecen al departamento CITIMAC), y del Servicio de Microscopia Electrónica (SERMET), uno de los Servicios Científico-Técnicos de Investigación (SCTI) de la UC. El microscopio TEM, del que es responsable Lidia Rodríguez, fue adquirido gracias al programa de Infraestructuras, mediante subvención conjunta del Ministerio de Ciencia e Innovación, el Gobierno de Cantabria y la Universidad.