Un equipo del Grupo de Investigación en Ingeniería de Carreteras (GIIC) de la Universidad Politécnica de Valencia ha diseñado un nuevo dispositivo moderador de tráfico con el objetivo de mejorar la seguridad vial en las vías urbanas y travesías. Su diseño permitiría reducir la velocidad del tráfico y minimizar las molestias ocasionadas a los ocupantes por los tradicionales badenes.
“Vendría a ser un badén más respetuoso con los conductores”, según apuntan sus creadores. Tal y como indican Alfredo García y Mario Romero, investigadores del GIIC, la seguridad depende en un alto grado de la velocidad del vehículo: “una velocidad de 50 km/h incrementa el riesgo de muerte casi ocho veces en comparación con la de 30 km/h y 2,6 veces en comparación con la de 40 km/h”, señalan.
Así, el dispositivo diseñado por estos investigadores –denominado Speed Kidney o riñón moderador de la velocidad por la forma que presenta- vendría a ser un “badén más respetuoso con los conductores”; permitiría reducir la velocidad del tráfico y a su vez minimizar las molestias ocasionadas a los ocupantes por los tradicionales badenes, fundamentalmente en lo que se refiere al confort. Asimismo, reducirá también el ruido en el entorno y las averías mecánicas sufridas por los vehículos al no tener que sobrepasar resaltes en altura.
Hasta la fecha, en España, el mayor hincapié se ha realizado en la implantación de resaltes, tanto prefabricados como ejecutados in situ, para reducir la velocidad, así como de pasos de peatones sobreelevados y de glorietas.
Según explica Alfredo García, aunque los beneficios de estos dispositivos para moderar el tráfico –resaltes, por ejemplo- son aceptados, existen muchas quejas por los efectos que producen, tanto en la misma conducción, como en los pasajeros y en la mecánica y chasis del propio vehículo. “Los dispositivos actuales obvian especialmente las molestias a los conductores que sí mantienen moderada su velocidad y los aumentos en los tiempos de respuesta de los vehículos de emergencia. Nuestro dispositivo pretende acabar con todas estas molestias, haciendo más fluida, segura y cómoda la circulación”, añade el catedrático de la UPV.
Estos nuevos “riñones” viales pretenden reducir también los efectos adversos que tienen los moderadores de tráfico sobre los vehículos de emergencia y el transporte público, así como sobre los camiones.
“Los actuales dispositivos, como los resaltes en altura, provocan un aumento en los tiempos de respuesta de los vehículos de emergencia. Con el Speed Kidney buscamos facilitar que puedan seguir desarrollando sus velocidades habituales para reducir los tiempos de respuesta urgente”, señalan Alfredo García y Mario Romero, investigadores que han inventado el dispositivo.
El Speed Kidney fue uno de los focos de atención del Primer Encuentro de Ciudades para la Seguridad Vial celebrado los pasados jueves y viernes en Gijón, organizado por la Dirección General de Tráfico (www.seguridadvialurbana.es). Además, se presentará también la próxima semana en TRAFIC, Encuentro de la Seguridad Vial y el Equipamiento para Carreteras que se celebra del martes 27 al viernes 30 de octubre, en Madrid, organizado por IFEMA y promovido por la Dirección General de Tráfico y la Dirección General de Carreteras.
Pruebas
El sistema se encuentra en estos momentos en periodo de pruebas experimentales, tanto controladas como con implantaciones en vías urbanas y travesías. Para ello están colaborando la Dirección General de Obras Públicas de la Conselleria de Infraestructuras y Transporte de la Generalitat Valenciana, y el Área de Carreteras de la Diputación Provincial de Valencia, facilitando el desarrollo de estas pruebas experimentales en algunas de sus travesías.
Asimismo, la Demarcación de Carreteras del Estado en la Comunidad Valenciana del Ministerio de Fomento colabora mediante la cesión temporal de la antigua zona de peaje de Puçol para llevar a cabo en ella las principales pruebas controladas, contando además con el apoyo de Autopistas Aumar- Abertis.
Con las pruebas controladas se busca analizar el comportamiento de diferentes tipos de vehículos en función de la geometría del Speed Kidney y evaluar su incidencia en los conductores y el entorno. Mientras, con las pruebas en travesías se busca evaluar el grado de aceptación del nuevo sistema por parte de los usuarios, así como el comportamiento de los conductores en situaciones reales.
Dispositivo
El dispositivo está compuesto por al menos un resalte por carril con forma en planta arriñonada y forma en alzado abultada con poca altura, que obliga a los vehículos de determinadas dimensiones a modificar su trayectoria si no quieren sufrir los efectos al pasar sobre él y por consiguiente a moderar su velocidad. Asimismo, la curva en planta permite evitar el paso directo de los vehículos.
“Si un vehículo ligero pretende seguir una trayectoria recta tendrá que subir al resalte sufriendo las molestias correspondientes, hasta ahora habituales. En cambio, los vehículos con mayor separación de las ruedas de sus ejes si lo podrán hacer aunque siempre con precaución y, por tanto, con cierta moderación de su velocidad”, apuntan los investigadores de la UPV.
El vehículo ligero ha de acometer una ligera curva para enfilar el nuevo resalte, al igual que una vez rebasado el mismo, por lo que la forma curva del resalte conforma la curva central de un zigzag suave, pasando el vehículo sobre el resalte dejándolo entre sus ruedas, por lo que los ocupantes no sufren ninguna molestia.
Además, para evitar que los vehículos intenten pasar por el medio de dos dispositivos, cuenta con unos resaltes complementarios que, por su anchura, no permitirán el paso directo sobre ellos. Asimismo se garantiza que un vehículo no pueda pasar por el medio de los resaltes
Los dispositivos pueden instalarse no solo en calles locales sino también en vías colectoras y travesías. Además, a diferencia de los resaltes transversales, pueden ser instalados independientemente de la composición del tráfico debido a que no tienen impacto negativo sobre los vehículos pesados ni sobre las motocicletas y bicicletas.
“El Speed Kidney sería una solución funcional, viable, sostenible y segura, que integra a los usuarios otorgándoles calidad y confort de circulación”, apunta el profesor Alfredo García.