Después de casi un mes de viaje y 1.200 kilómetros recorridos, el ecovehículo polar Trineo de Viento, que se mueve con grandes cometas sobre la nieve, ha finalizado con éxito la expedición Río de Hielo Groenlandia 2017. Durante la travesía sus cinco tripulantes han recogido datos para diversos proyectos científicos internacionales, demostrando así el potencial de este original convoy para la investigación en el Ártico y la Antártida.
La expedición Río de Hielo Groenlandia 2017 llegó el pasado día 20 de junio a la instalación científica EastGRIP, al norte de la gran isla, en el ecovehículo polar Trineo de Viento, que se impulsa gracias al viento y las corrientes de hielo existentes en esta región del Ártico.
Desde allí, el jueves 22, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos trasladaron en avión a los cinco tripulantes hasta Kangerlussuaq, el mismo punto del que partieron el pasado 25 de mayo.
La expedición río de Hielo en el mapa. / Trineo de Viento
Este innovador transporte polar, impulsado por grandes cometas, ha viajado miles de kilómetros por los territorios polares adaptándose a las condiciones del terreno, con cero emisiones contaminantes y una gran eficiencia.
Según Ramón Larramendi, diseñador del Trineo de Viento y líder de la expedición, “ha quedado claro que este vehículo sirve para hacer ciencia limpia y eficiente en los territorios polares".
Recogida de datos científicos
En la expedición Río de Hielo también han participado el científico australiano Ross Edwards, el guía polar Hilo Moreno, el productor audiovisual Nacho García y el groenlandés Jens Jacob Simonsen.
De este modo, todo el equipo ha contribuído a la recogida de datos para cinco proyectos científicos internacionales diferentes, relacionados con los impactos que tiene el deshielo del Ártico, su origen y sus consecuencias.
El equipo aprovechó cada parada en el recorrido para hacer agujeros de hasta 2,5 metros de los que obtener información, fundamentalmente para los proyectos Dark Snow y Ice2Ice, enfocados en las implicaciones del cambio climático en la superficie de Groenlandia y del océano Ártico.
Asimismo, los tripulantes fueron recogiendo muestras del aire polar e información con un georradar capaz de obtener datos a 25 metros de profundidad.
Al concluir la expedición, el Trineo de Viento ha quedado totalmente desmontado en el interior de la base científica, a la espera de posibles expediciones para nuevos proyectos de investigación que podrían realizarse durante el próximo año.
Este mes la revista Nature también menciona este trineo en un artículo sobre 'ciencia limpia', y lo define como "una plataforma científica de baja emisión de carbono” que puede convertirse en una “excelente oportunidad” para evitar emisiones. También destaca que ahorra hasta 100 barriles de combustible respecto al uso de aviones con esquís, habituales en otras expediciones científicas que recorren regiones polares.