Un grupo de investigadores de CIC bioGUNE del País Vasco ha desvelado que el estrógeno podría tener la función de reducir el riesgo de cáncer de mama. El trabajo muestra que esta hormona femenína es capaz de reducir el número de células madre del cáncer de mama, lo que puede explicar la menor agresividad del tumor y la posibilidad de un mejor pronóstico de la enfermedad.
El estrógeno, un tipo de hormona sexual basicamente femenina, podría tener la función de reducir el riesgo de cáncer de mama, según un estudio desarrollado por investigadores de CIC bioGUNE (Center for Cooperative Research in Biosciences). Su trabajo muestra que el estrógeno es capaz de reducir el número de células madre del cáncer de mama, lo que puede explicar la menor agresividad del tumor y, como consecuencia, la posibilidad de un mejor pronóstico.
El proyecto ha sido publicado en la revista Breast Cancer Research and Treatment y el equipo presentará los resultados en el marco de la Conferencia Internacional sobre Cáncer de Mama en Madrid. En el estudio se ha compaginado el uso de muestras humanas y de líneas celulares de laboratorio.
La identificación de las células madre de cáncer (o células iniciadoras del tumor) ha originado una nueva visión del cáncer de mama y ha abierto nuevas expectativas de tratamiento para el futuro. Hasta ahora, los tratamientos contra el cáncer estaban diseñados para reducir la masa tumoral.
Sin embargo, lo que se ha descubierto recientemente es que los tratamientos tradicionales son capaces de matar la mayoría de la masa celular del tumor, pero las células madre del cáncer son más resistentes a tratamientos comunes como la quimioterapia y la radiación. Por lo tanto, para curar el cáncer con mayor efectividad y de forma definitiva es importante encontrar formas de eliminar también las células madre del cáncer.
El estrógeno es una hormona no exenta de complejidad; es imprescindible para el desarrollo y funcionamiento normal de la mama y, por otro, esta misma hormona induce la proliferación de las células cancerosas una vez que el tumor de mama ya ha aparecido; o sea el estrógeno es además un factor de riesgo para el cáncer de mama. Sin embargo, se conocía poco o nada sobre el efecto del estrógeno, en las células iniciadoras del tumor.
Aumenta la supervivencia de las pacientes
Durante los últimos años se han ido dando pasos muy importantes en la lucha contra el cáncer de mama, mejorando de forma notable su diagnóstico, pronóstico, y los posibles tratamientos, lo que ha dado lugar a un incremento muy considerable de la supervivencia de las pacientes. Se había propuesto también que el número de células madre cancerígenas se correlaciona con la agresividad del tumor: cuanto mayor es el porcentaje de células madre de cáncer de mama, mayor es su agresividad y peor es, por lo tanto, su pronóstico.
“Lo que observamos, para nuestra sorpresa, es que el estrógeno reduce la proporción de células madre de la mama, lo que puede suponer un mecanismo para explicar ese mejor pronóstico que se observa en tumores que expresan el receptor de estrógeno. Es decir, que aquellos tumores que expresan el receptor de estrógeno son menos agresivos, mejor diferenciados y, por lo tanto, de mejor pronóstico”, explica María Vivanco, líder del grupo de investigación.
Vivanco considera que este estudio plantea un nuevo aspecto funcional del estrógeno debido a su capacidad de actuar de forma diferente según el tipo celular.
En opinión de la investigadora del CIC bioGUNE, este estudio “ha sentado las bases moleculares para entender el efecto directo del estrógeno sobre la proporción de células madre, bien en tejido sano o canceroso y el hecho de que el receptor de estrógeno es un marcador pronóstico excelente”.
Además, esto supone una explicación para varias observaciones clínicas, por ejemplo: que niveles elevados de estrógeno en sangre en pacientes postmenopáusicas están asociados con tumores menos agresivos; que los tumores poco diferenciados contienen más células madre de cáncer, lo cuál está asociado con un alto grado tumoral, ausencia de receptor de estrógeno y baja supervivencia; y el observado beneficio de la lactancia atribuido a una mayor diferenciación en la mama.
Los investigadores consideran que el nuevo estudio representa un paso muy importante de cara a abrir nuevas puertas al desarrollo de herramientas para la prevención del cáncer de mama.