El consumo regular de cannabis se asocia con una disminución del rendimiento intelectual, en especial entre los adolescentes, según un nuevo estudio publicado en la revista PNAS. Los investigadores afirman que estos jóvenes consumidores sufren más problemas de atención y memoria.
Científicos de la Universidad Duke de Durham (EE UU) han estudiado la relación entre el consumo recurrente de cannabis y el desarrollo cognitivo en una muestra de 1.037 jóvenes nacidos en Nueva Zelanda entre 1972 y 1973 y seguidos hasta los 38 años.
El equipo, liderado por Madeline H. Meier, descubrió que los adolescentes que fumaban de forma regular mostraron un mayor descenso en el coeficiente intelectual en comparación con el resto de los participantes.
El hallazgo, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), relaciona el consumo de marihuana con un deterioro general en los cinco dominios del funcionamiento neuropsicológico, que sigue siendo significativo incluso después de años de educación y el uso de otras drogas, como el alcohol.
Para los autores, este consumo recurrente parece afectar al funcionamiento cognitivo de cada día en forma de mayores problemas de atención y memoria.
Los resultados apuntan que los adolescentes fueron más propensos a convertirse en consumidores constantes y experimentaron un mayor descenso del coeficiente intelectual en comparación con los usuarios que comenzaron a fumar en la edad adulta cuando se igualan los años de consumo.
Los autores subrayan que dejar de fumar o reducir el consumo de cannabis no restaura el funcionamiento neuropsicológico entre los usuarios de cannabis de inicio adolescente, y creen que fumar marihuana en la adolescencia, cuando el cerebro está en proceso de desarrollo crítico, podría tener efectos neurotóxicos.
“Se deben aumentar los esfuerzos para lograr retrasar el inicio del consumo de cannabis”, concluyen.
Referencia bibliográfica:
Madeline H. Meier et al. “Persistent cannabis users show neuropsychological decline from childhood to midlife”. PNAS, 28 de agosto de 2012.