Saber cómo se comporta cada modelo de vehículo antes, durante y después de la colisión; y además, lograr una mayor precisión frente a los sistemas actuales, todo ello simplificando los cálculos al máximo. Así podría resumirse las aportaciones del nuevo sistema que está desarrollando en la Universidad de Oviedo un grupo de profesores de Ingeniería e Infraestructura de los Transportes y de Ingeniería Mecánica.
“Hasta ahora, en las investigaciones policiales y privadas de accidentes de tráfico se utilizaban sistemas muy simples con un elevado margen de error. Su imprecisión se debe a que generalizan los comportamientos de los coches, a los que agrupan en categorías amplias”, señala Daniel Álvarez Mántaras, profesor de Ingeniería e Infraestructura de los Transportes y coordinador del Proyecto.
Frente a ello, y para aumentar la fiabilidad en la reconstrucción del accidente, los investigadores introducen en el sistema informático datos concretos de cada uno de los componentes del vehículo. Como afirma Álvarez Mántaras, “una vez que se introducen en el sistema datos de la suspensión, tracción, estructura... de cada modelo de coche, puede conocerse su comportamiento en circulación de forma mucho más ajustada”.
Ordenadores a contrarreloj
Los investigadores Pablo Luque, José Luis Cortizo, Eduardo Rodríguez y Álvaro Noriega participan en el Proyecto, que recibe 72.600 euros del Plan Nacional de I+D+i. Se inició en octubre de 2006 y tenía su fin previsto a finales de este año, aunque esperan terminarlo durante 2010. Álvarez Mántaras lo explica así: “cada prueba, que utiliza un software de simulación multicuerpo, puede llevar 30 o 40 segundos, pero son necesarios varios miles de pruebas para comprobar cada modelo y ver si puede validarse o si hay que hacer ajustes”.
De hecho, añade, la prueba y validación de cada modelo de vehículo supone dejar los ordenadores funcionando varios días. Es por eso que los tiempos de computación están resultando algo mayores de lo previsto inicialmente.
A hombros de gigantes
Para caracterizar cada vehículo en todos sus componentes, los investigadores utilizaron como punto de partida una base de datos que maneja la administración estadounidense encargada de la seguridad del tráfico en carretera. La base de datos, de carácter público, incluye ensayos sobre colisiones de vehículos en las que incluyen las características de cada componente y su comportamiento frente a un impacto.
En palabras del coordinador del Proyecto, “en nuestro modelo estamos introduciendo datos de todos los componentes de cada coche. Y esa información requiere meses de trabajo, más uno o dos días de ensayos de accidentes. Por eso, si hubiéramos partido de cero, no habría sido posible abordar este proyecto”.
Si bien existen modelos virtuales que incorporan altos niveles de información sobre cada uno de los componentes del vehículo, estos complejos modelos están en manos de la industria automovilística y se aplican especialmente en tareas de diseño de vehículos. “Hay un salto muy grande entre ellos y la simplicidad excesiva de los sistemas de predicción de accidentes”, afirma Álvarez Mántaras.
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El proyecto se titula “Metodología para optimización y ajuste de modelos matemáticos de colisión de vehículos aplicable a la investigación de accidentes de tráfico para evaluación y mejora de los sistemas de seguridad”.