Técnicos del Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, NEIKER-Tecnalia, han llevado a cabo en los últimos días el derribo de árboles simulando el efecto del viento en montes de la localidad vizcaína de Artzentales para conocer su resistencia a vendavales y observar la fuerza a la que el viento podría derribar estos árboles en el País Vasco.
Especialistas forestales del instituto francés de investigación agronómica INRA junto a técnicos de NEIKER-Tecnalia y la Diputación Foral de Bizkaia han derribado ejemplares de pino radiata de diferentes edades, con el fin de conocer su resistencia a los vendavales y observar la fuerza que debe ejercer el viento para derribar estos árboles en las condiciones particulares del País Vasco.
Esta experiencia resulta de gran interés para los gestores de masas forestales y les ayudará a mejorar la gestión de sus arbolados y a integrar la variable del viento en decisiones como la distribución de las plantaciones o el momento adecuado para talar los árboles.
Productores del sector forestal, guardabosques, técnicos forestales e investigadores, entre otros profesionales, se han dado cita para ver de cerca el simulacro. Los árboles se han derribado con cables de acero que hacían las veces de la fuerza del viento y que estaban dotados de sensores para medir la fuerza necesaria para hacer caer los árboles. Cada pino radiata llevaba colocado tres inclinómetros que registraban el grado de inclinación según la fuerza ejercida contra el árbol.
De este modo, se ha podido determinar la resistencia de la raíces y la fuerza del tronco, dos parámetros esenciales para conocer la capacidad del árbol de resistir el empuje del viento.
La experiencia realizada esta mañana forma parte del seminario ‘FORRISK: Riesgo de daños por viento en masas forestales’, que se ha celebrado en el Bizkaia Aretoa de Bilbao, organizado por NEIKER-Tecnalia en colaboración con la Diputación Foral de Bizkaia, HAZI y la oficina regional atlántica de EFI (Instituto Forestal Europeo). La jornada se enmarca en el proyecto europeo “FORRISK-Red para el desarrollo de sistemas de integración del riesgo en la gestión y la práctica forestal”. El seminario se celebra en Bilbao con motivo de su condición de Ciudad Forestal Europea 2014.
La jornada ha servido para presentar el mapa detallado de las características del viento en el País Vasco, que ya se encuentra a disposición de productores y gestores forestales. El mapa ha sido elaborado por investigadores del instituto francés de investigación agronómica INRA, que han utilizado la información de las 57 estaciones meteorológicas que están dotadas con anemómetros en la red de la Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet.
Los asistentes al congreso han podido conocer igualmente la herramienta informática ForestGALES, que permite a los gestores estimar la probabilidad de daños por el viento en las masas forestales. ForestGALES se creó originalmente para el territorio británico y ha sido adaptada a las características de la geografía vasca por técnicos de INRA, NEIKER-Tecnalia y HAZI.
Esta innovadora aplicación es de gran utilidad para definir actuaciones concretas. Por ejemplo: marcos de plantación, intervenciones silvícolas como claras o aclareos, teniendo en cuenta la probabilidad de daño por viento en cada parcela.
Para sacar el máximo rendimiento a la citada herramienta, es necesario conocer la resistencia de las raíces y la fuerza del tronco de las especies de interés, así como las características del viento en el área donde crecen los árboles. Así pues, el simulacro de hoy y el mapa vasco de viento son dos piezas fundamentales para desarrollar el modelo ForestGALES.
Ciclones como el Klaus (2009) y Xynthia (2010) derribaron más de 200.000 metros cúbicos de madera a su paso por el País Vasco, debido a rachas de viento que sobrepasaron los 228 kilómetros por hora. Las previsiones indican que la frecuencia de este tipo de fenómenos extremos aumentará por efecto del cambio climático. Por tanto, resulta necesario para el sector forestal contar con información y herramientas que les permitan afrontar los riesgos derivados del viento.