La autoestima y el consumo de tóxicos en adolescentes

Una investigadora de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) junto a otras investigadoras de la Universitat de València proponen un modelo que acerca las relaciones del autoconcepto personal con conductas de salud entre jóvenes para conocer los mecanismos que operan en la adquisición de estilos de vida en la adolescencia media.

La autoestima y el consumo de tóxicos en adolescentes
El autestima en los adolescentes es básico para su posterior desarrollo

Este modelo pone en relación 3 tipos de variables: sociodemográficas (sexo de los adolescentes), conductas de salud (consumo de tabaco, de alcohol y de cannabis; participación deportiva y consumo de alimentos sanos e insanos) y dimensiones del autoconcepto (aceptación social, amistad íntima, adecuación conceptual, competencia académica, competencia deportiva y apariencia física). Y los resultados tras su aplicación han demostrado un buen ajuste de datos tanto entre chicos como entre chicas.

Las primeras conclusiones a las que conduce el modelo presentado en el trabajo: “A proposed model on the relationship between self-concept and a healthy lifestyle in adolescence” indican que la adecuación de la conducta del joven es la dimensión del autoconcepto (conjunto de imágenes, pensamientos y sentimientos que el individuo tiene de sí mismo) que mejor pronostica el consumo de sustancias. Es decir, esta dimensión del autoconcepto es la que mejor predice el consumo de tabaco, de alcohol, de cannabis y de alimentos insanos tanto en los chicos como en las chicas, durante la adolescencia media.

Además se observa que los chicos que se sienten más aceptados por los pares (amigos y compañeros de clase) se siente populares, tienen muchos amigos y ganan fácilmente su afecto, consumen tabaco y cannabis con mayor asiduidad, mientras que las chicas que se perciben con alta aceptación social consumen tabaco y alcohol frecuentemente, pero no cannabis. No obstante, las chicas con altas puntuaciones en amistad íntima consumen más cannabis y no tabaco y alcohol. .Estas mismas tendencias se observa con jóvenes que se perciben con menor competencia escolar, ya que piensan que su comportamiento no es adecuado y que no están haciendo lo que se espera de ellos.

Sustancias tóxicas y aprobación social

Una posible explicación de estos resultados es que el consumo de sustancias de riesgo para la salud puede ser una práctica aceptada, incluso normativa, en aquellos grupos de adolescentes que llegan a recibir por ello la aprobación y la amistad de sus compañeros.

Este modelo también ayuda a analizar las competencias de los jóvenes en dominios académicos, deportivos, y en cuestiones relativas a la apariencia física y su relación con hábitos de conducta alimentaria. En el caso de las competencias académicas, los chicos con mayor percepción de habilidad en el contexto escolar tienden a consumir más alimentos sanos. Sin embargo, las chicas no consumen más alimentos sanos por el hecho de percibir buenas habilidades escolares o académicas, es más, cuando estas se perciben con mejor apariencia física consumen alimentos insanos con mayor frecuencia. Este resultado puede deberse a que las chicas satisfechas con su apariencia ejercen menor control sobre su dieta, y no se observa mucho en los chicos.

Por otro lado, la competencia deportiva entre los adolescentes influye directamente, a través de la práctica del deporte, en el consumo de sustancias y en la alimentación sana. Además de la misma manera ocurre en ambos sexos ya que cuanto mayor es la percepción de competencia deportiva, mayor es la práctica del deporte, y a mayor práctica del deporte, menor es el consumo de tabaco y de alcohol y mayor el consumo de alimentos sanos

A pesar de ciertas diferencias, son más las similitudes entre chicos y chicas a la hora de relacionar el autoconcepto con una determinada conducta de salud. Las divergencias encontradas se pueden atribuir al proceso de socialización diferencial, ya que éste es vivido de manera distinta entre chicos y chicas.Este proceso también puede influir en el mayor o menor peso que los niveles de autoconcepto tienen en las conductas.

La muestra utilizada para llevar a cabo la investigación, representativa de los estudiantes escolarizados de la Comunidad Valenciana entre 15 y 18 años, está compuesta por 1038 estudiantes de enseñanza secundaria, con una media de edad de 16.31 años. Fue seleccionada de forma aleatoria con un total de 49.1% de chicos y un 50.9% chicas. En conclusión, las relaciones estudiadas, en el caso de los chicos , explican el 17% del consumo de tabaco, 13% del consumo de alcohol, el 18% de consumo de cannabis, el 4 y el 3% del consumo de alimentos sanos e insanos, respectivamente, y el 23% de la práctica de deporte. Y en cuanto a las chicas, Con este modelo, en el grupo de chicas se consigue explicar el 24% del consumo de tabaco, el 19% de cannabis, el 21% de alcohol, el 5 y el 8 % de consumo de alimentos sanos e insanos y el 23% de la práctica del deporte.

Para futuros trabajos, las investigadoras Yolanda Pastor, Isabel Balaguer y Marisa García-Merita, proponen incluir en el modelo variables psicosociales tales como ciertos factores familiares, culturales, clima escolar y familiar o relaciones con el profesorado.

Fuente: URJC
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