Según publica 'Archives of Otolaryngology–Head & Neck Surgery' en el último número

La cirugía parece reducir con el tiempo los episodios de mareo en pacientes con la enfermedad de Ménière

Investigadores del Hospital Universitario La Fe (Valencia) describen que los episodios de mareo tienden a ser cada vez menos frecuentes con el tiempo en pacientes con enfermedad de Ménière, un trastorno del oído interno que afecta al equilibrio y la audición y que se caracteriza por vértigo, hipoacusia y tinnitus. Las conclusiones de este estudio se publican junto a otro artículo que muestra los resultados de la cirugía del saco endolinfático que reduce el vértigo en el 77% de los pacientes.

La cirugía parece reducir con el tiempo los episodios de mareo en pacientes con la enfermedad de Ménière
Foto: Marco.

El primer estudio, que se publica en Archives of Otolaryngology–Head & Neck Surgery, describe varios estudios que han sugerido cómo la hipoacusia (disminución de la capacidad auditiva) y el tinnitus (pitidos en los oídos) progresan con el tiempo en pacientes con la enfermedad de Ménière.

“Durante el seguimiento se observa cómo la hipoacusia aumenta hasta que alcanza un nivel moderado o grave, y de manera similar, el tinnitus permanece constante, provocando una pérdida en la calidad de vida de muchos individuos”, señalan los autores. “Sin embargo, la evolución de los episodios de vértigo (mareo) es menos clara, aunque el objetivo principal del tratamiento es disminuir la frecuencia y duración de estos episodios”.

Herminio Pérez-Garrigues, investigador del Hospital Universitario La Fe (Valencia), y otros colegas han estudiado entre 1999 y 2006 a 510 individuos de ocho hospitales que cumplían los criterios de enfermedad de Ménière definitiva. Los pacientes recibieron tratamiento conservador y se hizo un seguimiento hasta 2006 para evaluar la frecuencia y duración del vértigo durante toda la evolución de la enfermedad.

“La enfermedad de Ménière afecta a ambos sexos y a ambos oídos por igual, apareciendo generalmente en la cuarta década de vida”, apuntan los autores. “El número de episodios de vértigo es mayor en los primeros años de la enfermedad. Aunque los episodios de vértigo de más de seis horas de duración son menos frecuentes que los episodios más breves, se producen con una frecuencia similar a lo largo de todo el transcurso natural de la enfermedad”.

El porcentaje de pacientes sin episodios de vértigo aumenta a medida que la enfermedad progresa, y el 70% de los pacientes que no presentaron vértigo durante ningún año tampoco tuvieron ningún episodio al año siguiente. “Por el contrario, la probabilidad de que los pacientes que han tenido episodios de vértigo continúen teniéndolos fue ligeramente superior al 50%”, afirman los autores.

“Esto podría implicar que la actividad del factor etiológico que causa los episodios persista durante unos pocos meses y después cese su actividad”, prosiguen. “Sin embargo, el problema sigue latente hasta que este u otro factor altera de nuevo la función del oído interno. Lógicamente, la evolución de la enfermedad de Ménière depende de determinadas variables desconocidas, como la etiología y las características personales”, subraya Pérez-Garrigues.

Según los investigadores, “después de analizar los resultados, creemos que sería interesante estudiar si los pacientes se pueden clasificar en grupos con el mismo proceso de evolución e investigar la variable o variables que pudieran definir dichos grupos”.

El trastorno del oído se reduce con cirugía

Otro estudio realizado por Stephen J. Wetmore, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad West Virginia (Morgantown), y publicado en la misma revista, describe los resultados de la cirugía del saco endolinfático en pacientes con enfermedad de Ménière que no respondieron a tratamientos más conservadores, como dietas pobres en sodio o medicaciones diuréticas.

La cirugía implica la descompresión o shunt del saco endolinfático en el oído interno y el drenaje del fluido para aliviar los síntomas. Entre 1989 y 2006, 51 pacientes se sometieron por primera vez a esta cirugía y 16 se sometieron a revisión quirúrgica por recurrencia de la enfermedad.

Al cabo de 24 meses, la cirugía había mejorado las crisis de vértigo mayores en el 77% de los pacientes sometidos al procedimiento por primera vez y en el 65% de los pacientes sometidos a cirugía de revisión. En aquellos sometidos a cirugía de revisión, los resultados parecían mejores en los pacientes que habían desarrollado síntomas recurrentes más de dos años después del procedimiento que entre aquellos que no habían respondido al tratamiento antes.

“La cirugía del saco endolinfático parece ser beneficiosa en cuanto a la disminución o eliminación de las crisis de vértigo mayores en aquellos pacientes que continúan teniendo crisis de vértigo frecuentes y graves a pesar de recibir la máxima atención médica”, concluye el doctor Wetmore.

“Para aquellos pacientes que inicialmente responden bien a la cirugía del saco, pero en los que recurren los síntomas posteriormente, suele ser beneficiosa una cirugía de revisión. Cuanto mayor es el intervalo entre la cirugía del saco endolinfático y el procedimiento de revisión, más probabilidades hay de que el paciente obtenga una respuesta beneficiosa de la cirugía de revisión”, destaca.

Fuente: SINC
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