El grupo de investigación Biofarma de la Universidad de Santiago de Compostela, en colaboración con el equipo de Lisa Kalynchuk en la Universidad canadiense de Saskatchewan, ha demostrado que con la depresión se reduce la producción y maduración de nuevas neuronas. Esta merma está relacionada con la disminución de los niveles de la proteína reelina, responsable de la plasticidad del cerebro. El trabajo ha sido coordinado por el profesor de la Universidad de Santiago, Héctor Caruncho.
Las aportaciones tienen como objetivo principal el diseño futuro de nuevas medicinas para la recuperación de los niveles normales de expresión de reelina y, de manera secundaria, la creación correcta de nuevas neuronas en las zonas donde anteriormente existía un déficit de esta proteína.
Hector Caruncho y Lisa Kalynchuk advierten que los actuales fármacos “tienen que ser mejorados porque sólo actúan en los síntomas y no modifican las causas biológicas de la enfermedad”.
En concreto, los científicos de la USC se centraron en el estudio de la producción de nuevas neuronas en una de las pocas zonas del cerebro donde se crean en edad adulta, como es el giro dentado del hipocampo.
En general, para llevar a cabo este estudio, Biofarma trabaja con animales, sangre procedente de pacientes con depresión mayor y muestras post-mortem de cerebro humano que son enviadas desde varios lugares del mundo como, como por ejemplo, la Fundación Stanley de Estados Unidos.
En el trabajo se detectaron defectos en los modelos animales en la génesis y desarrollo de las nuevas y “escasas” neuronas. Como consecuencia de estas alteraciones en la plasticidad del hipocampo, los afectados por la enfermedad “padecen una reducción de sus capacidades de adaptación al entorno”, afirman.