El plátano de sombra (Platanus × hispanica) es una especie arbórea muy habitual en parques y jardines de Castilla y León por su capacidad de resistencia. Supone, para ciertos alérgicos, un quebradero de cabeza en los periodos de polinización. O quizá, a partir de ahora, en momentos previos a la polinización. Una investigación realizada por un grupo de científicos de la Universidad de León ha mostrado que la presencia de un alérgeno (la proteína que causa la reacción alérgica) producida por este árbol puede ser independiente de aquel proceso reproductivo.
La investigación puede ayudar a dar respuesta a una duda que pueden tener ciertos alérgicos. ¿Por qué no siempre coincide el apogeo de los picores, estornudos y otras reacciones alérgicas con el periodo de máxima presencia de polen en el aire? Publicado en la revista Clinical & Experimental Allergy, el estudio del área de Botánica, adscrita al Departamento de Biodiversidad y Gestión Ambiental, apunta alguna respuesta: “El número de pacientes polisensibilizados que despliegan alergia al plátano sugiere que los síntomas alérgicos son causados por cosensibilización o reacción cruzada que involucra a un número de partículas”. En otras palabras, el pico en la fase de polinización del árbol no explica exclusivamente la reacción alérgica.
Los científicos estudiaron los plátanos de sombra que decoran avenidas y jardines de León. En esta ciudad, es costumbre “podarlos hasta dejarlos casi como si fueran tocones”, recuerda la coordinadora, Delia Fernández. Esta práctica tiene efectos en la planta. En función del periodo en el que produce el arreglado del tronco para que en primavera broten las hojas, se puede producir floración o no. La polinización está asociada a la capacidad que tiene el árbol para florar.
Los investigadores observaron que había similar presencia del alérgeno objeto de estudio (llamado Pla a 1) un año que se produjo y otro que no. Las causas debían ser, por lo tanto, otras. Estas proteínas se encuentran en los granos de polen, pero también de forma estructural en otras plantas, no necesariamente de la misma familia que el plátano de sombra. Por este motivo, estos botánicos creen que, estudiando picos de polinización y presencia del alérgeno, se podrá dar con tratamientos más eficaces.
Los alérgenos, las proteínas que causan la reacción
Más que el propio polen, el real causante del malestar general que producen las reacciones alérgicas es una proteína denominada alérgeno. En la fecundación desde los estambres masculinos hacia el estigma femenino en ciertas especies vegetales se produce un proceso de hidratación que permite que muchas proteínas del polen salgan al exterior. Muchas de estas proteínas son alergénicas.
Se da la circunstancia que existen procesos similares de hidratación en el organismo humano, lo que motiva la salida al exterior de las proteínas cuando el polen entra en contacto con ciertas partes del organismo. Por ejemplo, las mucosas del cuerpo, como las que se encuentran en el aparato respiratorio o en los ojos. Por este motivo, se ubican en estos puntos las reacciones alérgicas más intensas. Además del contacto físico, otro factor por el que los alérgenos pueden afectar a los alérgicos es una humedad del aire y una temperatura elevada. En estas condiciones, las proteínas salen de los granos del polen y permanecen en el aire. Si lloviera, no obstante, precipitarían, lo que limpiaría la atmósfera.
Los picos de polinización de ciertas especies suelen coincidir con el porcentaje de alérgenos en el aire, pero no siempre es así. También pueden encontrarse síntomas con escasa concentración de estas proteínas en la atmósfera. Por este motivo, el Área de Botánica de la Universidad de León estudia desde hace unos años la presencia de alérgenos en el ambiente. Sus investigaciones se han centrado en los causantes del mayor número de alergias: plátanos de sombra, llantén, gramíneas, oleáceas (en estas latitudes tan al norte, la más común es el fresno) y cipreses.