La empresa Unión Fenosa Gas financiará las excavaciones del Proyecto Djehuty en la necrópolis Dra Abu el-Naga (Luxor, Egipto) durante dos años. La compañía aportará 300.000 euros al proyecto de excavación dirigido por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rafael Rodrigo, el director general del grupo Unión Fenosa Gas, Alessandro Della Zoppa, y el presidente de esta compañía, José María Egea, han firmado este lunes, 14 de noviembre, un acuerdo de colaboración para proseguir con las excavaciones del Proyecto Djehuty, que se están llevando a cabo en la necrópolis Dra Abu el‐Naga, en Luxor (Egipto).
La firma se ha celebrado en el Ministerio de Ciencia e Innovación en un acto que ha contado con la presencia de la ministra Cristina Garmendia y del egiptólogo del CSIC José Manuel Galán, director del Proyecto Djehuty, que ha revelado algunos detalles de la campaña de excavaciones del próximo año.
“Creemos que nos esperan enterradas más de una docena de tumbas nuevas desconocidas hasta la fecha. Es posible que no todas se conserven en buen estado, pero con que sólo la mitad tengan parte de su decoración original, el proyecto tiene por delante años de investigación prometedores”, ha asegurado Galán.
Las excavaciones tienen como objetivo explorar el área donde se encuentran las tumbas de Djehuty y Hery, dos altos dignatarios de la corte egipcia entre el año 1500 y 1450 a. C. Los investigadores están documentando dos mil años de utilización y reutilización de esta necrópolis, donde los enterramientos de distintas épocas se superponen.
“Este acuerdo pone de manifiesto el compromiso de Unión Fenosa Gas con el campo de la investigación. Igualmente, cabe destacar que la compañía tiene unos vínculos muy estrechos con Egipto, donde cuenta con una planta de licuefacción de gas en la localidad de Damietta y más de 200 empleados”, ha destacado Egea.
Hallazgos en 2011
Durante la X campaña, el equipo de Galán alcanzó el pozo funerario de Hery, propietario de una de las tumbas vecinas de Djehuty. Vivió 50 años antes que éste y su monumento funerario es uno de los pocos decorados que se conservan de esta época. Según los arqueólogos, Hery estuvo emparentado con la familia real, quienes construyeron el imperio egipcio extendiendo su influencia política, económica y cultural sobre Nubia, Palestina y Siria.
Los egiptólogos seguirán excavando en este pozo durante la próxima campaña para descubrir el estado de su enterramiento y ajuar funerario. Toda la información que recojan servirá para reconstruir la vida social y religiosa de un periodo relevante en la historia del antiguo Egipto.
Además, hallaron un depósito de más de 80 figurillas de barro pintadas de unos 3.000 años de antigüedad. Las estatuillas, denominadas shabtis, pertenecieron probablemente al ajuar funerario de un sacerdote. La X campaña supuso también el descubrimiento de un gran santuario y cementerio animal de época grecorromana. Los arqueólogos hallaron en la falda de una colina, unos metros más arriba de la tumba de Hery, una gran galería subterránea con media docena de habitaciones que contienen numerosas momias de ibis, halcones y otros animales.
Diez años en Luxor
Los 10 años de excavaciones e investigaciones en Luxor han servido para que los arqueólogos se hagan una idea más precisa de los secretos que esconde esta gran necrópolis de la antigua Tebas, dominada en el extremo norte por la colina de Dra Abu el‐Naga. Hasta ahora han logrado documentar enterramientos desde el año 2000 a. C hasta época romana y han sacado a la luz objetos arqueológicos de gran valor.
Entre los principales hallazgos del proyecto destaca La tabla del aprendiz, un singular “pizarrín de escuela” utilizado por un estudiante para aprender a manejar el pincel, a escribir y a dibujar. El dibujo supone el primer retrato frontal conocido de un faraón del antiguo Egipto.
La VII campaña, en 2008, destapó, medio metro por debajo del nivel del suelo, el enterramiento intacto de un arquero que vivió 500 años antes de Djehuty. En el interior de esta tumba de 4.000 años de antigüedad se encontraba el cuerpo momificado de este guerrero, llamado Iqer, acompañado por tres bastones de mando, dos grandes arcos y cinco flechas. Durante la campaña de este año, los arqueólogos han concluido la restauración de su ataúd.
Los egiptólogos llegaron en 2009 hasta la cámara sepulcral de Djehuty, de 3.500 años de antigüedad y ubicada a 12 metros de profundidad, un hallazgo que les maravilló por la decoración, ya que el monumento tenía las paredes y el techo escritos con pasajes del Libro de los Muertos.
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