Una investigación demuestra que la mayoría de las neuronas del cerebro adulto sí expresan el factor de transcripción ATF5 y confirma el papel protector de la proteína CHOP. El trabajo abre un nuevo campo de estudio de estrategias terapéuticas en enfermedades neurológicas y neurodegenerativas.
Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que las neuronas aumentan la producción de la proteína ATF5 en situaciones patológicas que inducen estrés en el retículo endoplasmático, como las convulsiones asociadas a la epilepsia.
Los resultados de la investigación, publicados en dos artículos en la revista Brain, abren un nuevo campo de estudio de nuevas estrategias terapéuticas en enfermedades neurológicas y neurodegenerativas.
“Nuestros resultados contradicen la idea extendida de que las neuronas diferenciadas del sistema nervioso central adulto no expresan la proteína ATF5, que es un factor de transcripción. En este estudio se demuestra que la mayoría de las neuronas del cerebro sí la expresan”, comenta José Javier Lucas, uno de los autores que trabaja en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa.
Según indica el trabajo, la proteína ATF5 tiene un efecto beneficioso ya que su inducción durante las convulsiones está relacionada con un menor grado de neurodegeneración.
Además, “al demostrarse que dicho factor de transcripción está presente en las neuronas en condiciones que no presentan estrés alguno, los resultados sugieren que ATF5 podría participar en diversos procesos de la fisiología neuronal”, explica Jesús Torres‐Peraza, primer autor de uno de los artículos.
Por otra parte, esta investigación confirma que la proteína CHOP, también implicada en la respuesta al estrés del retículo endoplasmático, ejerce un papel neuroprotector similar.
Objetivo: mejorar las terapias
La epilepsia es una enfermedad crónica producida por diferentes alteraciones neurológicas que solo en España afecta a 360.000 personas aproximadamente. El principal síntoma es la propensión a sufrir convulsiones recurrentes, que manifiestan una sobreactivación cerebral descontrolada.
En los casos más severos y que no responden a los tratamientos disponibles, las convulsiones pueden producir la degeneración y la disfunción neuronal, y finalmente conducir a la muerte neuronal, produciendo síntomas psiquiátricos y declive cognitivo.
Los tratamientos actuales abarcan desde estrategias farmacológicas para evitar, o por lo menos disminuir, la frecuencia de las convulsiones, hasta la neurocirugía para eliminar el foco epileptogénico, la zona del cerebro sobreactivada que produce la convulsión.
Sin embargo, en la actualidad no se dispone de terapias para evitar la muerte neuronal inducida por las convulsiones, ya que no se conoce en detalle cómo esta alteración acaba en neurodegeneración y qué mecanismos compensatorios activan las neuronas para escapar de la degeneración en estas condiciones patológicas.
Referencias bibliográficas:
Jesús F. Torres‐Peraza, Tobias Engel, Raquel Martín‐Ibañez, Amaya Sanz‐Rodríguez, M. Rosario Fernández‐Fernández, Miriam Esgleas, Josep M. Canals, David C. Henshall, José J. Lucas. Protective neuronal induction of ATF5 in endoplasmic reticulum stress induced by status epilepticus. Brain. DOI: 10.1093/brain/awt044
Tobias Engel, Amaya Sánz‐Rodgríguez, Eva María Jiménez‐Mateos, Caoimhin G. Concannon, Alba Jiménez‐Pacheco, Catherine Moran, Guillaume Mesuret, Emilie Petit, Norman Delanty, Michael A. Farrell, Donncha F. O'Brien, Jochen J.H. Prehn, José J. Lucas David C. Henshall. CHOP regulates the p53‐MDM2 axis and is required for neuronal survival after seizures. Brain. DOI: 10.1093/brain/aws337.