Los caballos moteados del arte rupestre existieron en el Paleolítico europeo

¿Pintaron los artistas paleolíticos los animales tal y como eran? A esta pregunta daba respuesta un estudio internacional, con participación de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) , que explicaba que las poblaciones de caballos salvajes del Paleolítico europeo presentaban los tres tipos de libreas representadas en el arte parietal franco-cantábrico, incluyendo el denominado 'moteado leopardo' que se presumía resultado de la domesticación acaecida milenios más tarde. La investigación apareció en la revista PNAS a finales de 2011 y dicha revista la ha seleccionado como una de las 10 “top stories” del 2011.

Caballos moteados en el paleolítico europeo
Figura 1 - A-C: Fenotipos de libreas caballares en el arte parietal de las cuevas francesas de Lascaux (A; bayo),Chauvet (B; negro) y Pech Merle (moteado leopardo), y las modernas contrapartidas del caballo de Przewalskii (D: bayo), la raza Konik (pardo-negro con pelaje de invierno (E) y de verano (F)) y la raza Knabstrupper (G) con moteado leopardo. Imagen: A: N.Aujoulat, Ministère de la Culture et la Communication, Francia; B: Ministère de la Culture et la Communication, Francia, Direction Regional des Affaires Culturelles, Departement Rhône-Alpes, Bureau Regional d’Archeologie; D-F: Monika Reissmann; G: Thomas Hackmann).

Los caballos pintados hace 25.000 años en las paredes de la Cueva de Pech-Merle (Francia; Figura 1C) plantean la cuestión: ¿Son reales sus motas o sólo elementos simbólicos dentro de una composición pictórica más amplia? Hasta hace poco tiempo, la investigación estaba estancada ante la imposibilidad de superar el marco teórico del análisis.

Se sabía, por ejemplo, que este moteado guardaba mucho parecido con una librea de algunas razas caballares, como la Knabstrupper (Figura 1G), denominada “moteado leopardo” pero, dado que tal fenotipo era desconocido en caballos salvajes, los expertos decidieron que tales manchas sólo representaban elementos abstractos de la composición.

Tal teoría deberá ahora revisarse a la luz de los resultados publicados a finales de 2011 en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). En este trabajo, seleccionado por PNAS como una de las 10 “top stories” del 2011, participaron investigadores de centros de Alemania, Reino Unido, Rusia, México y los Estados Unidos, así como un centro de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el Laboratorio de Arqueozoología del Departamento de Biología.

Estos investigadores genotiparon y analizaron nueve loci (región) del ADN nuclear responsables de la coloración del pelaje en 31 muestras de caballos salvajes prehistóricos. Las muestras procedían de 15 localidades de Siberia, Europa central y occidental y la Península Ibérica y abarcaban un amplio lapso temporal que discurría desde el Paleolítico Superior a la Edad del Cobre (35.000 – 5.000 BP).

Hasta ese momento, las investigaciones de este mismo equipo, también con aportación del citado laboratorio de la UAM, habían evidenciado que los caballos salvajes presentaban dos tipos de libreas, la baya y la negra. De éstas, sólo la primera perdura actualmente en el caballo salvaje o de Przewalskii (Figura 1D).

En el estudio publicado en PNAS, la investigación reveló que, si bien ambas libreas continuaban dominando las muestras analizadas (e.d., 18 animales bayos y 7 negros), casi una quinta parte de los caballos presentaban el fenotipo LCS (Leopard Spotting Complex), que genera libreas moteadas y se consideraba producto de la selección artificial operada en el caballo tras su domesticación. Este fenotipo LCS presentaba así mismo un largo “recorrido temporal”, detectándose en cuatro muestras Pleistocénicas y otras dos de la Edad del Cobre, pero geográficamente se encontraba restringido al subcontinente europeo al no haberse registrado ningún caso entre las muestras siberianas.

Estos datos constituyen la primera evidencia fehaciente de que el moteado es un patrón de coloración que existía, cuando menos, 15.000 años antes de que el caballo fuese domesticado.

El hecho de que durante el Paleolítico Superior caballos moteados vagasen por Europa, y sólo por Europa, apunta a que los moteados de Pech-Merle constituyen un reflejo de esa realidad pretérita que tanto ansiamos conocer. En realidad, no se trata de un caso aislado. El caballo negro con manchas blancas en el friso de los caballos de Lascaux (Francia), el blanco con motas negras de la Cueva de La Pileta (Málaga) o los moteados de Montespan y Mayenne-Sciences (Francia), apuntan a que nos encontramos ante un patrón recurrente en el que, hasta la fecha, no se había reparado. Por otra parte, el que no existan representaciones de caballos moteados fuera de Europa coincide con la ausencia de fenotipos LCS en las muestras siberianas.

Por todo ello, los datos del estudio reseñado apuntan a que los cazadores paleolíticos de Europa occidental reflejaron fielmente en su arte parietal los tres tipos de libreas caballares que ahora la paleogenética nos confirma existieron en aquel momento y lugar.

Referencia bibliográfica:

Melanie Pruvosta, Rebecca Bellone, Norbert Benecke, Edson Sandoval-Castellanos, Michael Cieslak, Tatyana Kuznetsova, Arturo Morales-Muñiz, Terry O'Connor, Monika Reissmann, Michael Hofreiter and Arne Ludwig. Genotypes of predomestic horses match phenotypes painted in Paleolithic works of cave art. Published online before print November 7, 2011, doi: 10.1073/pnas.1108982108. PNAS November 7, 2011

Fuente: Universidad Autónoma de Madrid
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