Muchos piensan que los felinos domésticos son ariscos, independientes y distantes con los humanos con quienes conviven. Sin embargo, un nuevo estudio demuestra que el afecto que estas mascotas muestran a sus cuidadores se ha subestimado, y en realidad están tan unidas a ellos como un perro o un bebé.
Los gatos (Felis silvestris catus) tienen fama de ser distantes e independientes si los comparamos con otras mascotas, como los perros. Pero un estudio publicado hoy en la revista Current Biology rebate esta idea: los gatos están unidos a sus dueños. Los hallazgos indican que el vínculo que se crea entre humanos y sus mascotas no es exclusivo de los canes.
“Al igual que los perros, los gatos muestran flexibilidad social con respecto a sus apegos con los humanos”, explica Kristyn Vitale, de la Oregon State University (EE UU) y autora principal del trabajo. “La mayoría de los gatos están unidos de forma segura a sus dueños y los tienen como fuente de seguridad en un entorno novedoso”, añade la experta.
Para llegar a estos resultados, las científicas realizaron una serie de pruebas usadas anteriormente para evaluar el apego seguro en primates y perros. En el test, los gatos –de entre tres y ochos meses de edad– debían pasar dos minutos en una habitación extraña para ellos con sus dueños, después permanecer solos otros dos minutos en ese mismo lugar, y finalmente de nuevo otros dos minutos con sus dueños.
Los animales mostraron apego seguro al reencontrarse con sus dueños cuando volvían rápidamente a la zona de exploración próxima al humano, mientras que los gatos que exhibían apego inseguro se aferraban mucho a sus dueños o los evitaban. Tras una breve ausencia de los cuidadores, el grupo de investigadoras pudo confirmar que el nivel de apego de los gatos es similar al de un bebé humano o un perro.
Durante la realización de la prueba un gato muestra apego seguro. / Kristyn Vitale, Oregon State University
Muchos de ellos volvieron a la zona de confort en la que se encontraban con sus dueños, mostraron menos estrés y buscaron el contacto con ellos. Otros mostraron apego inseguro al permanecer estresados, buscar la proximidad excesiva (apego ambivalente), evitar al dueño (apego evitativo) o buscar el conflicto de aproximación (apego desorganizado).
En total, casi 65 % gatitos mostraron un apego seguro y más del 35 % inseguro, de los que el 84 % presentaron un apego ambivalente, 12 % evitativo y 4 % desorganizado. Estas cifras, en el caso del apego seguro coinciden con las que se obtienen en los bebés humanos.
Algunos de estos gatos siguieron a continuación un entrenamiento de sociabilización de entre un mes y medio y dos meses para comprobar si el apego era estable y se mantenía en la edad adulta.
“Los resultados indican que aunque el refuerzo social es probablemente un factor que contribuye al desarrollo de un estilo de apego, una vez que se ha establecido un estilo de apego entre los miembros de una díada, [el apego] parece mantenerse relativamente estable con el tiempo, incluso después de un entrenamiento de socialización”, señalan la autoras en su estudio.
Según Vitale, esta flexibilidad social puede haber facilitado el éxito de la especie en los hogares humanos. Ahora las científicas están explorando la importancia de este trabajo en relación con los miles de gatos que acaban en refugios de animales.
“Estamos analizando varios aspectos del comportamiento de apego de los gatos, incluso si la socialización influye en la seguridad del apego en los gatos de refugios”, concluye Vitale.
Referencia bibliográfica:
Vitale et al.: "Attachment Bonds Between Domestic Cats and Humans" Current Biology 23 de septiembre de 2019 https://www.cell.com/current-biology/fulltext/S0960-9822(19)31086-3