Los nombres y los verbos se aprenden en regiones diferentes del cerebro

Dos psicólogos españoles y un neurólogo alemán acaban de comprobar que cuando se aprende un nombre nuevo se pone en marcha una región del cerebro diferente a la que actúa durante el aprendizaje de los verbos. Los científicos lo han observado con imágenes cerebrales obtenidas por resonancia magnética funcional, según publican este mes en la revista Neuroimage.

Los nombres y los verbos se aprenden en regiones diferentes del cerebro
El aprendizaje de nombres y verbos nuevos activa regiones diferentes del cerebro. Imagen: Mestres-Misse et al.

“El aprendizaje de los nombres activa el giro fusiforme izquierdo del cerebro, mientras que el de los verbos activa otras regiones (giro frontal inferior izquierdo y parte del giro temporal medio posterior izquierdo)”, explica a SINC Antoni Rodríguez-Fornells, coautor del estudio e investigador ICREA de la Unidad de Cognición y Plasticidad Cerebral de la Universidad de Barcelona.

El investigador catalán, junto a la psicóloga Anna Mestres-Missé, actualmente en el Max Planck Institute for Human Cognitive and Brain Sciences de Leipzig, y el neurólogo Thomas F. Münte de la Universidad Otto-von-Guericke de Magdeburgo -ambos en Alemania-, acaban de publicar en la revista Neuroimage los resultados de un estudio que confirma las diferencias neuronales en el mapa del cerebro cuando se aprenden nombres y verbos nuevos.

El equipo sabía que muchos pacientes con daños cerebrales presentan una disociación en el procesamiento de estos dos tipos de palabras, y que los niños aprenden antes los nombres que los verbos. Las personas adultas también se desenvuelven mejor y reaccionan más rápidamente con los primeros en las pruebas cognitivas.

A partir de estas ideas los investigadores plantearon un experimento para confirmar si estas diferencias se podían visualizar en el cerebro. Para ello plantearon a 21 personas una prueba de aprendizaje de nuevos nombres y verbos y registraron sus reacciones neuronales con imágenes de resonancia magnética funcional. Esta técnica permite observar la activación de las regiones cerebrales mientras se ejecuta una determinada tarea.

Descubrir la palabra oculta

La prueba consistió en deducir el significado de un término nuevo a partir del contexto facilitado en dos oraciones. Por ejemplo, en la frase “La chica recibió un jat por Navidad” y “Con los nervios el padrino olvidó el jat”, el nombre jat corresponde a “anillo”. Del mismo modo, en el caso de “El estudiante ha nisado fideos para desayunar” y “El hombre nisó una comida deliciosa para ella” el verbo oculto es “cocinar”.

“Con esta tarea se simula a nivel experimental la adquisición que hacemos a lo largo de nuestra vida de parte de nuestro vocabulario, según se descubren los significados de nuevas palabras en contextos escritos”, aclara Rodríguez-Fornells. “Este tipo de adquisición de vocabulario a partir de contextos verbales se supone que es uno de los mecanismos más importantes para el aprendizaje de palabras nuevas en la infancia y posterior edad adulta, ya que constantemente estamos aprendiendo términos nuevos”.

Los participantes tuvieron que descubrir 80 nuevos nombres y 80 nuevos verbos. Al hacerlo las imágenes cerebrales mostraron que los nombres nuevos activan, sobre todo, el giro fusiforme izquierdo (parte ventral del lóbulo temporal asociada al procesamiento visual y de objetos), mientras que los verbos nuevos ponían en marcha parte del giro temporal medio posterior izquierdo (asociado a aspectos semánticos y conceptuales) y el giro frontal inferior izquierdo (implicado en el procesamiento gramatical).

Además, la activación de determinadas zonas cerebrales (el hipocampo bilateral y el putamen bilateral) muestra una correlación positiva con la eficiencia en el aprendizaje de nombres nuevos, pero no con la de nuevos verbos.

“Estos resultados sugieren que las mismas regiones previamente asociadas a la representación del significado de nombres y de verbos también están asociadas al establecimiento de correspondencias entre estos significados y nuevas palabras, un proceso necesario para el aprendizaje de una segunda lengua”, indica Rodríguez-Fornells.

El investigador aclara que no existe una aplicación práctica del estudio para aprender idiomas, “pero sí incide en uno de los aspectos más importantes, y es en qué medida utilizamos distinta información de los contextos verbales, así como posiblemente también redes neuronales diferentes, en el aprendizaje de distintos tipos de palabras con distinta función gramatical”.

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Referencia bibliográfica:

Mestres-Missé, A., Rodriguez-Fornells, A., Münte, T.F. “Neural differences in the mapping of verb and noun concepts onto novel words”. Neuroimage 49 (3): 2826–2835, 2010.

Fuente: SINC
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