Materiales de construcción con cáñamo, sisal y algodón textil

Investigadores del Instituto de Tecnología de Materiales (ITM) de la Universidad Politécnica de Valencia lideran un proyecto de investigación nacional cuyo objetivo fundamental es la revalorización de los residuos urbanos, agrícolas e industriales. En concreto, el proyecto pretende potenciar la comercialización de materiales compuestos obtenidos a partir del refuerzo de termoplásticos reciclados con residuos de fibras de origen vegetal, como por ejemplo, el cáñamo, el sisal o el algodón textil, y aplicarlos al sector de la construcción.

Materiales de construcción con cáñamo, sisal y algodón textil

Fruto de estas investigaciones, los investigadores del ITM, en colaboración con el Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS), han desarrollado ya diversos materiales como perfiles para puertas, ventanas y listones que incorporan en su composición este tipo de fibras de origen vegetal, si bien no están todavía en fase comercial.

La incorporación de fibras como refuerzo de matrices plásticas es una opción que busca mejorar, incrementar e innovar en sus propiedades mecánicas. Según apuntan los investigadores del ITM, tradicionalmente se han empleado como refuerzos fibras de origen inorgánico como fibras de vidrio o fibras de carbono, pero en los últimos años existe un creciente interés en el empleo de productos naturales, como por ejemplo las fibras vegetales. Así, las principales ventajas de emplear refuerzos fibrosos de origen vegetal son económicas –las fibras vegetales son una materia prima abundante y barata- y medioambientales (son biodegradables).

El sector de la construcción es uno de los principales consumidores potenciales de plásticos reciclados, si bien no viene siendo muy utilizado debido a sus limitadas propiedades mecánicas. Así, el uso de fibras orgánicas de origen natural como refuerzo –y aquí es donde centran sus investigaciones y desarrollos los expertos del ITM- aporta un valor añadido al producto y mejora su competitividad.

Así, el grupo de investigadores del ITM, liderado por el catedrático Vicente Amigó Borrás, ha logrado importantes mejoras técnicas de proceso que se podrán utilizar ya en desarrollos posteriores en los que tengan que incorporarse fibras vegetales a matrices termoplásticos.

“Los beneficios son notables. Recuperamos residuos y, además, el producto que estamos obteniendo reúne unas prestaciones adecuadas con una biodegradabilidad importante”, remarca Vicente Amigó.

Cooperación al desarrollo en Latinoamérica

Una de las principales zonas productoras de cáñamo, sisal y algodón textil es Latinoamérica, en concreto, países como Argentina, Brasil o Colombia. En estos países, la mayor parte de los residuos se desechan y acumulan, con el consiguiente impacto medioambiental que ello conlleva. Así, la utilización de fibras vegetales procedentes de estos residuos como material de refuerzo contribuye a reducir la cantidad de residuos, y por ende su incidencia en el entorno, pero también al desarrollo de aquellas zonas de los países citados donde se encuentran estos cultivos.

Así, las investigaciones desarrolladas desde el Instituto de Tecnología de Materiales (ITM) tienen una especial incidencia en estos países de Latinoamérica. De hecho, el ITM coordina a un equipo de trabajo multidisciplinar dentro del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) para la obtención de este tipo de productos.

“Además de darle salida a un producto residual que en estas zonas es masivo, favorecemos también que estos países no tengan que recurrir a materiales de construcción procedentes de países más desarrollados”, apunta Vicente Amigó.

De este modo, a través de esta línea de investigación y desarrollo se potencia la sustentabilidad regional; estos países pueden aprovechar materiales propios sin tener que recurrir a materiales ajenos que en muchos de los casos aportan soluciones válidas en otros países pero que quedan fuera del alcance para ellos.

Fuente: UPV
Derechos: Creative Commons
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