Nuevo avance hacia pequeños dispositivos de refrigeración

Científicos de centros de investigación de Zaragoza y Barcelona han encontrado una molécula magnética que se puede fijar al silicio u otro material manteniendo sus propiedades magnéticas y de refrigeración a bajas temperaturas. El hallazgo, que publica la revista Advanced Materials, puede ayudar al desarrollo de microchips 'criogénicos' que sustituyan a los grandes equipos de refrigeración, como los que se usan en el espacio.

Nuevo avance hacia pequeños dispositivos de refrigeración
Los investigadores han encontrado que el acetato de gadolinio tetrahidrato mantiene su capacidad de enfriar al fijarse a una superficie. / Unizar.

Investigadores de varios institutos de investigación en Zaragoza y Barcelona han logrado dar los primeros pasos para lograr microchips 'criogénicos'. Por primera vez han encontrado una molécula magnética, el acetato de gadolinio tetrahidrato, capaz de fijarse a otro material, como el silicio, manteniendo sus propiedades magnéticas y de refrigeración a bajas temperaturas.

Este paso de quedarse fijado a otro material sin perder sus características es fundamental para desarrollar unos nuevos dispositivos. Actualmente los aparatos de refrigeración son voluminosos y costosos y, en el futuro, serán sustituidos por aparatos del tamaño de una uña, con una aplicación inmediata, en cualquier experimento de bajas temperaturas, como pueden ser las misiones espaciales.

Estas ventajas son las que explica Marco Evangelisti, investigador del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (ICMA, instituto mixto de la Universidad de Zaragoza-CSIC), coordinador de un trabajo en que también han participado científicos del Instituto de Nanociencia de Aragón (INA), del Centro de Investigación en Nanociencia y Nanotecnología (CIN2) en Barcelona y del Servicio de Medidas Físicas (SMF) de la Universidad de Zaragoza.

El material escogido ha sido el acetato de gadolinio tetrahidrato, un material molecular de estructura simple. En un estudio previo, estos mismos investigadores demostraron que dicho material posee un efecto magnetocalórico (MCE, por sus siglas en inglés: magnetocaloric effect) incluso mayor que el de las aleaciones y nanopartículas magnéticas empleadas hasta ahora como refrigerantes de muy bajas temperaturas.

El equipo ha logrado depositar dichas moléculas sobre silicio –el material ideal para la fabricación de los microchips– y medir su magnetismo en la superficie a temperaturas del helio liquido (4,2 Kn). El resultado revela que el proceso de deposición no altera en absoluto el excelente poder refrigerante de las moléculas. Este trabajo acaba de ser publicado en la revista Advanced Materials, donde además ha sido destacado en la portada principal.

Esta investigación ha sido posible también gracias al microscopio de fuerza magnética (MFM) del ICMA, capaz de operar a muy bajas temperaturas y con el que os investigadores han comprobado cómo esas moléculas se quedan fijadas al silicio.

Depósitos nanométricos

“Se crean depósitos muy finos, de pocos nanómetros, de los cuales hemos medido la señal magnética a bajas temperaturas, gracias al microscopio de fuerza magnética que puede medir hasta 2 Kelvin, dos grados por encima del cero absoluto”, apunta Evangelisti.

El desarrollo de nuevas tecnologías basadas en dispositivos de tamaño micrométrico (microchips), capaces de sustituir los equipos, complejos y de gran tamaño, que se utilizan en la actualidad, es una de las áreas importantes de la física de muy bajas temperaturas.

En esta carrera compiten distintas tecnologías, entre las cuales destaca la refrigeración magnética basada en el uso de materiales magnéticos moleculares. Todos los materiales magnéticos muestran un fenómeno, conocido como el efecto magnetocalórico, según el cual la temperatura varía como respuesta a la aplicación de un campo magnético externo.

Hasta ahora no se había demostrado que las moléculas, una vez depositadas, conservaran su capacidad de enfriar

Las moléculas magnéticas constituyen una nueva clase de materiales que ha demostrado poseer unas características propias a nivel molecular, tales como un efecto magnetocalórico extraordinariamente elevado en el rango de temperaturas cercano al cero absoluto.

Otra peculiaridad del carácter molecular es su versatilidad que permite 'anclar' las moléculas a una superficie, formando depósitos delgados o monocapas. Este es un paso obligatorio para la obtención de microchips refrigerantes, capaces de explotar la funcionalidad de tales materiales.

Sin embargo, hasta la fecha, no existía una prueba experimental de que las moléculas, una vez depositadas, preservaran sus características magnéticas y, por tanto, su capacidad de enfriar.

El estudio puede ser de interés en el desarrollo de nuevos dispositivos de refrigeración. Las misiones espaciales del futuro sustituirán el lanzamiento de grandes aparatos de refrigeración a bajas temperaturas por microchips, con la misma o más capacidad, pero más económicos y sostenibles. Y lo mismo ocurrirá en los laboratorios de criogenia o bajas temperaturas.

Estos microchips podrán utilizarse como plataformas refrigerantes en toda clase de instrumentos que necesiten operar a temperaturas cercanas al cero absoluto, como los detectores de rayos X y gamma en astronomía, instrumentos de medidas físicas en ciencia de materiales o instrumentos de seguridad.

Referencia bibliográfica:

G. Lorusso, M. Jenkins, P. González-Monje, A. Arauzo, J. Sesé, D. Ruiz-Molina, O. Roubeau, M. Evangelisti. “Surface-confined molecular coolers for cryogenics”. Advanced Materials 25 (21): 2984–2988, junio de 2013. http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/adma.201370135/abstract

Fuente: Universidad de Zaragoza
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