Investigadores del Centro de Visión por Computador (CVC) han desarrollado una herramienta informática para cuantificar mejor el daño sufrido por los tejidos miocárdicos en personas que han sufrido un infarto o una angina de pecho. El programa se ha validado en 200 pacientes.
Los investigadores Carlo Gatta del Centro de Visión por Computador (CVC) y Simone Balocco de la Universidad de Barcelona, en colaboración con el doctor Xavier Carrillo del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol, han desarrollado una novedosa herramienta informática basada en visión por computador.
Se trata de Quantitative Myocardial Perfusion Analysis (X-QPA) y sirve para cuantificar el daño de los tejidos miocárdicos cuando se requiere una intervención –por ejemplo, por infarto o angina de pecho–, o inmediatamente antes o después.
El software permite, a través del análisis de imágenes, obtener una medida cuantitativa, repetible y más objetiva de la irrigación miocárdica, identificando las regiones con menor riego sanguíneo. Facilita la comparación rápida entre el estado pre y posoperatorio o entre dos arterias.
Los investigadores consideran que la nueva herramienta puede ayudar a los médicos a mejorar el diagnóstico de daño coronario, contribuyendo así a reducir la mortalidad por enfermedades cardíacas crónicas, y a probar nuevos tratamientos para enfermedades cardíacas isquémicas. Su uso también supondría una alternativa a la resonancia magnética, con el consiguiente ahorro de costes y tiempo.
Un prototipo del X-QPA ha sido construido y validado ya en 200 pacientes, gracias a una ayuda económica aportada por la agencia ACC1Ó. También se han solicitado la patente a nivel europeo. El próximo paso será intentar la comercialización de la nueva técnica a través de una compañía médica
Las enfermedades cardiovasculares son una de las principales causas de muerte en nuestro país. Entre ellas destaca la cardiopatía isquémica y especialmente el infarto agudo de miocardio, que también presenta un elevado grado de morbilidad. En este caso, el mejor tratamiento es la angioplastia primaria, ya que restablece el flujo coronario normal.
Segunda prueba diagnóstica
Pero se ha demostrado que, incluso cuando esta técnica se realiza con éxito, la enfermedad del paciente tiene mayores probabilidades de reaparecer en casos en los que la irrigación miocárdica se vea afectada también en los vasos sanguíneos más pequeños.
Por eso, a veces el médico ordena una segunda prueba diagnóstica al paciente –normalmente una resonancia magnética– unas semanas después de la intervención para, en caso necesario, prescribir los fármacos convenientes.
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