Nuevos dispositivos para mejorar el diagnóstico de disfunciones gastrointestinales

Un equipo de científicos del Grupo de Biolectrónica perteneciente al Instituto de Investigación e Innovación en Bioingeniería (I3B) de la Universidad Politécnica de Valencia ha desarrollado un prototipo de sensor para mejorar el diagnóstico de disfunciones gastrointestinales. Se trata de un pequeño dispositivo capaz de registrar de forma no invasiva la actividad bioeléctrica del intestino en la superficie abdominal.

Las disfunciones gastrointestinales constituyen actualmente alrededor del 10% de las consultas hospitalarias. Para su diagnóstico, a día de hoy no existe ninguna técnica no invasiva que permita monitorizar la actividad del intestino para detectar el origen de este tipo de patologías. Esto genera habitualmente la necesidad de prolongar el periodo de observación del paciente en el hospital, incrementándose el número de ingresos clínicos -y el coste asociado a dicho aumento-, así como el riesgo de que la enfermedad pueda agravarse.

Así, en un futuro, la aplicación clínica de dispositivos como los que están desarrollando los investigadores del I3B permitiría mejorar el diagnóstico de patologías como obstrucciones intestinales, síndrome del intestino irritado –representa entre el 5 y el 10% de las consultas sanitarias en Europa-, la isquemia intestinal y disfunciones como diarreas, estreñimiento, etc.

“Los sensores laplacianos en los que trabajamos ayudarán a determinar las causas que generan las molestias en el paciente, y a prescribir el tratamiento más adecuado para su recuperación, reduciendo también los tiempos de espera y hospitalización”, apunta Javier García Casado, investigador del I3B.

Como si estuviéramos haciendo un “electro”, pero en vez de en el pecho para registrar la actividad del corazón, en la zona abdominal. Así se podrá conocer la actividad intestinal y descubrir cualquier posible anomalía. De este modo, la utilización de estos sensores será de gran utilidad para la práctica clínica, siendo beneficioso tanto para el paciente como para los propios hospitales.

El prototipo de sensor se ha desarrollado y testeado a nivel de laboratorio con resultados satisfactorios. Se compone de una parte de pasiva formada por tres anillos concéntricos que registran la actividad intestinal en profundidad, reduciendo las interferencias de todas las señales adyacentes; y un parte activa responsable de preamplificar la señal.

El objetivo ahora es mejorar los prototipos ya testeados y ensayarlos de forma extensiva, con el objetivo de obtener un dispositivo que permita a los médicos disponer de la más detallada información sobre lo que ocurre en el abdomen del paciente.

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Más información:

Instituto de Investigación e Innovación en Bioingeniería

Fuente: UPV
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