Investigadores de la Universidad de Sevilla han ideado un nuevo método con el que producir de manera controlada emulsiones de minúsculas gotas que se emplean como agentes de contraste en pruebas con ultrasonidos. El mismo grupo diseñó el año pasado un dispositivo para crear microburbujas tan pequeñas como un glóbulo rojo. La demanda anual de este tipo de productos, solo en los EE UU, es superior a los 900 millones de dólares.
El grupo de investigación de Mecánica de Fluidos de la Universidad de Sevilla (GIMFus) ha diseñado una nueva metodología con la que obtener de manera controlada emulsiones compuestas por gotas casi idénticas tan pequeñas como la milésima parte del espesor de un pelo y que se utilizan como agentes de contraste para ecografías.
La primera parte de este estudio ha sido publicada recientemente en la revista Journal of Fluid Mechanics, y los nuevos avances en la comprensión del fenómeno físico en el que se basa el funcionamiento de estos dispositivos se presentaron el pasado noviembre en el congreso anual de la American Physical Society.
“Se trata de dos pequeños tubos de distintos diámetro con los que se puede controlar la generación gotas, burbujas y espumas de tamaño micrométrico con aplicaciones a procesos industriales y con lo que tratamos de dar soluciones tecnológicas desde el conocimiento detallado de la física que controla estos fenómenos”, explica José Manuel Gordillo Arias de Saavedra, director del trabajo.
Su grupo también ha diseñado otro dispositivo que permite crear de manera controlada microburbujas de tamaños equivalentes al de un glóbulo rojo. A partir de esta investigación, publicada en 2011 en la revista Lab on a Chip, se ha creado una spin-off Holandesa, Tide Microfluidics, especializada en la comercialización de microburbujas como agentes de contraste para ecografías. La demanda anual de este tipo de productos, solo en los EE UU, es superior a los 900 millones de dólares.
La revista Annual Review of Fluid Mechanics ha invitado a Gordillo a escribir un artículo de revisión sobre esta materia. Esta revista solo publica veinte artículos al año y únicamente otros tres profesores de universidades españolas han publicado en ella anteriormente.
Este grupo de expertos trabaja también en el estudio y la descripción de la fuerza que ejerce un objeto al impactar contra superficie de un líquido. En este sentido, se ha observado que el aire que queda atrapado entre el objeto y la superficie líquida es clave para calcular esa fuerza ya que dicho “colchón de aire” no solo frena la caída, sino que influye de manera decisiva en la velocidad de propagación de la ola generada, en su rotura e incluso en el tamaño de las gotas que componen la salpicadura.