El Instituto Agroforestal Mediterráneo (IAM) de la Universidad Politécnica de Valencia ha restaurado los ullals del Recholar y de la Azarbe, situados en el término municipal de Sollana, y ha creado en su entorno una laguna con el objetivo de contribuir a la recuperación de la biodiversidad propia del Parc Natural de L’Albufera. Subvencionado por la Confederación Hidrográfica del Júcar, el proyecto ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Sollana, la Acequia Real del Júcar y la Dirección del Parc Natural.
Según apuntan los expertos del Grupo de Recursos Naturales y Biodiversidad del IAM, en los términos de Silla y Sollana existían numerosos ullals, algunos de los cuales se han cegado “debido al aterramiento progresivo y al descuido al que han sido sometidos a lo largo de los años”.
Los trabajos para la recuperación de los ullals y la creación de la laguna comenzaron en octubre de 2005 y concluyeron el pasado mes de noviembre. La laguna ocupa una extensión de 2’5 hectáreas en unos terrenos que hasta ahora se habían dedicado al cultivo y que antiguamente formaban parte de La Albufera. En concreto, está ubicada junto a la vía férrea que une Valencia con Gandia, dentro del término de Sollana.
En su compromiso por contribuir a la recuperación de la biodiversidad de la Albufera, el equipo de expertos de la Politécnica está intentando recuperar, entre otras especies, algunas correspondientes al género Chara (asperilla, borró), especie de alga verde que según apuntan los propios investigadores “eran, en el ecosistema acuático del lago, lo que las algas pardas en el mar de los Sargazos”.
“Se han replantando especies propias como Thypha dominguensis (anea; bova), Phragmites sp. (carrizo; senill, senilló), Ipomoea sagittata y Lythrum salicaria (salicaria) entre otras, y aún casi exclusivas de la Albufera como Kosteletzkya pentacarpos y Scutellaria galericulata”, señalan los expertos del IAM.
El aislamiento parcial de las vías de comunicación y de los cultivos limítrofes se ha realizado mediante pantallas con árboles adecuados (sauces, chopos, tarays, adelfas, mirtos etc.) Estos parajes, junto a otros como el ullal de Baldoví o el Estany de Sant Llorenç pueden albergar parte de las biocenosis que existieron en la Albufera.
“Hemos diseñado una topografía adecuada para albergar dos anillos de vegetación, el primero con espadañas o aneas entre otras, y el segundo fundamentalmente con carrizos. El problema de estas restauraciones es que se establecen sobre tierra agrícola con una fuerte carga de diásporas arvenses y obviamente hace falta un periodo de cuatro o cinco años para recuperar la flora autóctona y el paisaje acuático y palustre”, apuntan desde el IAM.
Los expertos de la Politécnica han proyectado además una red de reconducción de agua procedente de otros acuíferos y, en la laguna, un sistema de regulación de nivel del agua, de tal manera que nunca alcance niveles inferiores a 1’5 metros, a fin de que la vegetación acuática –como la chara – no sea invadida por las plantas palustres de los anillos exteriores de vegetación.
La laguna ha sido acondicionada además para poder ser visitada, con un itinerario delimitado que permitirá contemplar la riqueza natural de este paraje.
Según apuntan los investigadores de la UPV, a pesar del estado incipiente y la poca productividad primaria, ya evolucionan sobre la laguna ejemplares de ánade real (coll-vert) y ánade silbón (sibert) junto con otras más comunes como la polla de agua.