Un equipo de científicos secuenciado el genoma mitocondrial de 17 poblaciones de conos que representan la diversidad de especies endémicas de Senegal y una especie de las Islas Canarias y las costas marroquí y mauritana, evolutivamente relacionada con ellas. El trabajo demuestra cómo los hábitos alimenticios han marcado la divergencia evolutiva de estos caracoles marinos junto con los grandes cambios climáticos del pasado.
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y las Universidades de Cádiz y El Algarve han secuenciado el genoma mitocondrial de 17 poblaciones de conos (Conidae) que representan la diversidad de especies endémicas de Senegal y una especie de las Islas Canarias y las costas marroquí y mauritana, evolutivamente relacionada con ellas.
El trabajo demuestra cómo los hábitos alimenticios han marcado la divergencia evolutiva de estos caracoles marinos junto con los grandes cambios climáticos del pasado y cifra en doce el número real de especies diferentes que hay en esta área del planeta, donde se concentra la mayor diversidad de conos de la costa Atlántica del continente africano.
Los conos son un grupo de caracoles marinos de gran belleza que se alimentan de otros caracoles, peces y gusanos. Se diferencian de otros caracoles marinos porque su rádula (dentadura con la que algunos moluscos raen los vegetales de los que se alimentan), ha evolucionado convirtiéndose en un arpón que inyecta veneno a sus presas.
Los conos tienen un amplio rango de distribución en los océanos índico y Pacífico, donde hay registradas más de 700 especies, pero en el Atlántico la mayoría de las especies se concentran en cuatro áreas: Mar Caribe, Archipiélago de Cabo Verde, Angola y Senegal. Este último enclave es donde vive el mayor número de especies endémicas del continente y, debido al desarrollo urbanístico e industrial de la región de Dakar, son las especies de conos más amenazadas.
Hasta ahora se sabía poco de la diversidad genética y las relaciones de parentesco de estos animales, algunos en peligro de extinción. “Al secuenciar el genoma mitocondrial y determinar qué especies hay, su variabilidad genética y sus relaciones de parentesco es más fácil determinar sus distribuciones y tomar decisiones eficaces que eviten su extinción”, comenta el investigador del MNCN Rafael Zardoya.
La gran variedad en los diseños de las conchas había hecho pensar a muchos taxónomos que prácticamente cada tipo de concha representaba una especie diferente. “En este trabajo hemos comprobado que el diseño de la concha es un rasgo fenotípico muy variable y no siempre es determinante a la hora de definir una especie. Los individuos de una misma especie pueden mostrar grandes diferencias en sus conchas y otras veces poblaciones con conchas aparentemente iguales pertenecen en realidad a especies diferentes”, contextualiza Zardoya.
La diversificación de los conos atlánticos
Las poblaciones descritas pertenecen al género Lautoconus y se agrupan en tres linajes, cada uno con un tipo de rádula diferente. “Los datos nos han demostrado que evolutivamente la especialización alimenticia ha actuado como impulso para la diversificación de los conos endémicos de Senegal”, explica Zardoya.
Con esta nueva filogenia o relación de parentesco los investigadores han podido comprobar que las dos diversificaciones principales del grupo coinciden con grandes cambios geológicos y climáticos.
La primera se produjo durante la crisis del Messiniense, cuando hace 5,6 millones de años, además de producirse otros cambios climáticos de gran magnitud, el Mediterráneo se desecó. La otra se produjo durante la transición del Pleistoceno al Plioceno, hace 2 millones de años aproximadamente, cuando se registró un gran cambio climático global. Estas dos diversificaciones han dado lugar a las 12 especies de conos que actualmente sobreviven en esta área.
Referencia bibliográfica:
Abalde, S., Tenorio M.J., Afonso, C.M.L. y Zardoya, R. (2017) Mitogenomic phyogeny of cone snails endemic to Senegal. Molecular Phyogenetic Evolution. DOI: 10.1016/j.ympev.2017.04.020