El domingo se celebran tres décadas del primer trasplante hepático

Se cumplen 30 años del primer trasplante de hígado en España

El primer trasplante hepático de España se realizó en el Hospital Universitario de Bellvitge el 23 de febrero de 1984 a manos de Carles Margarit y Eduard Jaurrieta. Hasta ahora se han llevado a cabo más de 21.500 trasplantes hepáticos en el país.

Se cumplen 30 años del primer trasplante de hígado en España
Juan Cuesta ostenta el título de ser el primer paciente trasplantado de hígado de España/HUB

Juan Cuesta ostenta el título de ser el primer paciente trasplantado de hígado de España tras ser diagnosticado de un tumor hepático a finales de 1983. Ante un pronóstico muy complicado, en enero de 1984 los médicos plantearon la opción del trasplante.

La supervivencia tras el trasplante hepátco es del 90% al año

Así, el 23 de febrero de 1984, los cirujanos Carles Margarit y Eduard Jaurrieta trasplantaron el órgano con éxito en el Hospital Universitario de Bellvitge (entonces llamado Hospital Príncipes de España).

Progresivamente, otros centros españoles se fueron incorporando en el campo del trasplante hepático. Actualmente, hay 26 unidades repartidas por el territorio español que han llevado a cabo más de 21.500 trasplantes.

“La supervivencia tras el trasplante es del 90% al año y de un 75 % a los cinco años, lo que demuestra la importancia de esta terapia para aumentar la supervivencia en un grupo de enfermos que, sin este tratamiento, habrían fallecido”, explica Joan Fabregat, actual responsable de la Unidad de Trasplante Hepático del hospital catalán.

Próximos objetivos

En el ámbito del postrasplante uno de los futuros retos es potenciar la eficacia del tratamiento contra el virus de la hepatitis C tras el trasplante. Además, otro objetivo es el de continuar introduciendo mejoras en los tratamientos inmunosupresores.

El reto es ir hacia una inmunosupresión cada vez más selectiva y evitar o controlar todos los efectos adversos

“El reto es ir hacia una inmunosupresión cada vez más selectiva y evitar o controlar todos los efectos adversos, tanto para seguir incrementando la supervivencia a largo plazo de los pacientes como para mejorar su calidad de vida”, afirma Fabregat.

“Pero lo más importante de todo este trabajo son los donantes y sus familias, anónimos dentro de este proceso, ya que sin la donación no sería posible el trasplante de órganos”, concluye.

Fuente: Hospital Universitario de Bellvitge
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