La Asociación de Propietarios Forestales de Valladolid (Asfova), a través de la cofinanciación de la Fundación Biodiversidad, determinará la eficacia del ganado caprino en la prevención de incendios en superficie forestal privada de la Red Natura 2000.
El proyecto se llevará a cabo en las cercanías de Quintanilla de Onésimo, dentro del espacio natural El Carrascal. Según Miguel Rodríguez, uno de los coordinadores del estudio, la cabra constituye una alternativa “sostenible” para desbrozar los montes y evitar la propagación del fuego, al tiempo que esta actividad ganadera puede servir para fijar población en el medio rural.
A juicio del técnico, el abandono de la explotación de las matas leñeras y la nula explotación ganadera extensiva de los montes y pastos en la provincia de Valladolid y en el resto del país provoca el aumento de coberturas vegetales trabadas con un alto grado de continuidad horizontal y vertical que aumentan el riesgo de propagación incendios forestales.
Los expertos hablan "necesidad imperiosa” de limpiar los montes, algo que en la actualidad realizan cuadrillas de trabajadores y supone un alto coste.
Cuando había más actividad ganadera, los montes estaban limpios. "Ahora hay que invertir mucho dinero no sólo para prevenir incendios, también para extinguirlos cuando se producen”, advierte Rodríguez.
Tras conocer que se llevan a cabo iniciativas similares en comunidades como Cantabria, Andalucía y Galicia, y también en otras provincias, como en Salamanca (la Sierra de Gata), la Asociación ha puesto en marcha el proyecto de investigación.
Los expertos esperan cuantificar el tiempo de estancia de ganado y la carga ganadera, es decir, el número de cabras que se necesita por hectárea para desbrozar una superficie determinada. Además, evaluarán los costes de esta actividad y los compararán con los de las cuadrillas con el fin de determinar si el ganado caprino reduce la inversión económica.
La zona donde se llevará a cabo el estudio está compuesta de un 90% de encimas y un 10% de pino piñonero”. El sotobosque, por su parte, cuenta con rebrote de encima y alguna jara. En este sentido, Miguel Rodríguez señala que las masas de encima rebrotan con el tiempo y es necesario volver a acometer tareas de limpieza, con el coste que ello supone.
“Lo interesante de las cabras es que es uno de los pocos animales que puede comer vegetación leñosa. Y el tipo de vegetación que le gusta es aquella que queremos controlar en el monte”, subraya, al tiempo que añade que la tarea de desbroce “es algo que siempre han hecho los rebaños”.
En estos momentos, los técnicos están buscando las cabras apropiadas para iniciar el estudio, una tarea nada fácil debido a que el ganado de cabras se ha abandonado en los últimos años. “Necesitamos cabras muy rústicas porque van a estar todo el tiempo en el monte”, precisa el experto.
Cabras en tres áreas diferentes
La zona a estudio se divide en tres partes diferenciadas. Una primera se trató entre 2005 y 2006, otra entre 2007 y 2008 y la última nunca ha sido acometida.
De este modo, los técnicos tendrán tres tipos de rebrote para comparar y extrapolar datos, así como cercos móviles para mover a las cabras por tipo de masa y estación del año.
“Las cabras van a pasar por todas las masas en todas las épocas del año para obtener una fiabilidad estadística alta”, asegura Rodríguez, lo que servirá para establecer cuántos animales son necesarios para desbrozar un monte en una determinada época del año y cuánto tiempo se emplearía.
Para ello, un pastor local concentrará al rebaño en los lugares indicados hasta que los criterios técnicos recomienden su retirada (si los animales están mucho tiempo pastando pueden dañar al arbolado adulto).