La recuperación tras un infarto cerebral o ictus puede conllevar un amplio abanico de secuelas, desde pequeños déficits cognitivos hasta elevados grados de dependencia. Un trabajo liderado por investigadores del Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS), con el Dr. Álvaro Cervera como primer firmante, demuestra en humanos y modelos animales que una supuesta deficiencia de nuestro sistema inmunitario innato es un indicador de mejor pronóstico en caso de lesiones cerebrales de naturaleza isquémica o hemorrágica.
Este descubrimiento abre una nueva línea de investigación en el campo del ictus, en el que hacen falta avances conceptuales como el que se ha publicado en la revista PLoS One. En el trabajo ha participado un equipo multidisciplinar de investigadores adscritos al IDIBAPS, como el Dr. Francisco Lozano, del Servicio de Inmunología del Hospital Clínic de Barcelona y del Departamento de Biología Celular, Inmunología y Neurociencias de la Facultad de Medicina de la UB, el Dr. Ángel Chamorro, de la Unidad de Ictus del mismo centro hospitalario y profesor de la UB, la Dra. Anna Planas, del Institut d’Investigacions Biomèdiques de Barcelona del CSIC (IIBB-CSIC-IDIBAPS) y el Dr. Ferran Torres, de la Unidad de Farmacología Clínica de la Facultad de Medicina de la UB. El trabajo se ha realizado en colaboración con la University of Aarhus (Dinamarca), en el marco del proyecto europeo ARISE de la European Stroke Network (ESN) y de la Red Española para la Investigación en Patología Infecciosa (REIPI).
El sistema del Complemento es una parte importante del sistema inmunitario innato. Está formado por un conjunto de proteínas que se activan en cascada y participan en procesos bioquímicos destinados a potenciar la respuesta inflamatoria, beneficiosa frente a agresiones fundamentalmente externas (infecciones). Dicho sistema se puede activar por tres vías distintas, siendo una de ellas la vía de las lectinas. Un 20% de la población general presenta polimorfismos genéticos que condicionan una deficiencia funcional en esta vía de las lectinas sin que se asocie aparentemente a defectos inmunitarios relevantes. Los investigadores del IDIBAPS han demostrado mediante estudios básicos en ratones y estudios clínicos con pacientes que los portadores de dicha deficiencia funcional de la vía de activación de las lectinas presentan un mejor pronóstico neurológico en caso de ictus.
Las investigaciones básicas se llevaron a cabo con ratones deficientes (knockout) para el gen MBL (Mannose-Binding Lectin) que codifica para una proteína esencial para la activación del Complemento por la vía de las lectinas. Estos ratones presentaban un daño cerebral menor que los normales tras un ictus. Si se introducía en los ratones knockout una proteína MBL recombinante humana, el daño cerebral volvía a ser el habitual. Para confirmar estos resultados en humanos se analizaron 135 pacientes con ictus cerebral. Aproximadamente el 20% de ellos tenían deficiencias en la vía de activación del Complemento, cifra que concuerda con los datos de la población general. Más del 58% de los pacientes con ésta vía del Complemento alterada pudieron volver a casa con buenos niveles de independencia y calidad de vida, mientras que esta cifra no llegaba al 30% en los pacientes normales.
Esto significa que la vía de activación del Complemento a través de lectinas tiene un efecto negativo sobre la recuperación funcional tras un ictus. Los investigadores centran ahora sus esfuerzos en encontrar formas de inhibir esta vía de activación en pacientes con un ictus. La actuación sobre los pacientes debería ser diferente en función de si tienen o no alterada la vía de las lectinas. Determinar genéticamente si la vía está alterada o no es una técnica sencilla, que en los próximos años podría convertirse en un estándar para el correcto tratamiento del ictus.