Una hormona reduce el colesterol e incrementa los niveles de insulina

Un grupo de investigadores estadounidenses ha comprobado la utilidad de la hormona FGF21, producida por el propio organismo, en la disminución del peso y el aumento de la producción de insulina en personas que sufren de obesidad y diabetes tipo 2. Los hallazgos se publican esta semana en la revista Cell.

Hombre con obesidad
La obesidad es un factor de riesgo para la diabetes tipo 2./ Tobyotter

Un estudio realizado por expertos del Centro de Diabetes Touchstone (Dallas, EE UU) confirma el efecto beneficioso de una hormona en la actividad metabólica de individuos que padecen obesidad y diabetes tipo 2.

La sustancia, denominada FGF21, incrementó la concentración de colesterol de alta densidad (conocido vulgarmente como colesterol bueno) en la sangre de los pacientes, mientras que disminuyó los niveles de colesterol de baja densidad (colesterol malo), triglicéridos y de las lipoproteínas responsables de la arterioesclerosis.

La sustancia, denominada FGF21, incrementó la concentración de colesterol de alta densidad

La administración de esta proteína “redujo el peso corporal y normalizó parcialmente el exceso de lípidos”, asegura David Moller, vicepresidente de la empresa farmacéutica Eli Lilly and Company que ha participado en el trabajo, publicado en la revista Cell Metabolism.

Después de descubrir la presencia de la hormona en las células del tejido adiposo, y tras conducir varios experimentos en ratones y primates que ya demostraron su eficacia en el tratamiento de la obesidad y la diabetes tipo 2, Moller y su equipo decidieron aplicar el procedimiento en humanos. En esta ocasión, con una mayor dosis de LY2405319 (LY), una variante de la FGF21.

Efecto combinado

El tratamiento, aplicado durante 28 días a 46 pacientes, produjo una aceleración en la liberación de insulina y el aumento de la cantidad de adiponectina, una proteína originada en el tejido graso que potencia el efecto de esta. Los distintos frentes de acción de la hormona FGF21, producida por el propio organismo, sugieren la alta efectividad de un fármaco basado en esta sustancia.

La mayoría de las personas con diabetes muestran otras alteraciones que suponen un riesgo para la salud, como son la intolerancia a la glucosa, obesidad abdominal, una alta concentración de triglicéridos e hipertensión. “El compuesto tiene un gran potencial para causar varios efectos positivos en el metabolismo de estos enfermos, por lo que ya estamos evaluando nuevas terapias”, afirma Moller.

Actualmente es necesaria la administración de varios fármacos para obtener este tipo de acción múltiple, lo que a menudo conlleva “problemas de tolerancia, el abandono de la medicación y resultados subóptimos”, explica el científico estadounidense.

Datos sobre la diabetes tipo 2

Más del 13% de la población adulta española presenta diabetes tipo 2, según los datos del estudio Di@bet.es, realizado en 2011 por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) y el Instituto de Salud Carlos III.

Además, se estima que unas 246 millones de personas en todo el mundo están afectadas por este trastorno, pudiendo llegar a alcanzar, según las últimas predicciones, los 380 millones en el año 2025.

Referencia bibliográfica:

Gregory Gaich, Jenny Y. Chien, Haoda Fu, Leonard C. Glass, Mark A. Deeg, William L. Holland, Alexei Kharitonenkov, Thomas Bumol, Holger K. Schilske and David E. Moller. Cell Metabolis. 3 de septiembre de 2013

Fuente: SINC
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