Una marca-electrónica implantada a principios de año por científicos vascos en un atún rojo que se volvió a capturar este verano ha permitido conocer sus movimientos migratorios y la profundidad de sus desplazamientos. Este trabajo completa la información de los hábitos migratorios y parámetros biológicos de esta especie.
Según los investigadores de AZTI-Tecnalia, el centro tecnológico gestor de esta marca electrónica, las primeras estimaciones de localización geográfica de la marca recuperada revelan que este cimarrón realiza migraciones entre Azores y Portugal durante el invierno, para luego retornar al Golfo de Bizkaia en primavera, y realizar inmersiones que, durante el invierno, han llegado a superar los 1.000 metros de profundidad.
"La pieza fue marcada el 26 de agosto de 2008 en el Golfo de Bizkaia, en la posición 43º34’N y 2º00’O. Ese día el atún rojo medía 89 cm de largo y tenía un peso de 13,5 kilogramos. En el momento de su captura se encontró en la posición 44º44’N y 2º49’O, pesó 22,3 kilogramos, con una longitud de 104 centímetros", explican los científicos.
La marca electrónica utilizada en este caso fue cedida al proyecto por la universidad estadounidense de New Hampshire, en el marco de la cooperación para el marcado de juveniles de atún rojo del Atlántico Norte. La pesca se realizó gracias a la colaboración de los clubes náuticos de Hondarribia y San Sebastián.
El marcado convencional hace una marca visible en el lomo del pez. Una vez que se ha tomado nota de los datos biológicos, especie y talla, así como los datos de captura: fecha, hora, posición y estado del mar, entre otros, se libera el animal.
Cuando el pez es capturado de nuevo por otra embarcación, la información recogida se envía al centro tecnológico, donde es analizada en conjunto, con todas las recapturas. La comparación entre la información inicial y la final determina variables como su crecimiento y migración, "lo que resulta de gran interés para el sector científico y pesquero", dicen desde el centro tecnológico experto en investigación marina y alimentaria.
En este caso, se han utilizado marcas electrónicas, que se implantan quirúrgicamente en la cavidad peritoneal y que, además, almacenan información de temperatura, presión e intensidad de la luz, lo que permite un seguimiento detallado del medio en el que se encuentra y una estimación de su posición geográfica.
La embarcación Tía Rosario ya lo hizo en 2005
No es la primera vez que se recupera una marca. Los tripulantes de la embarcación de recreo Tía Rosario colocaron esta última marca el 25 de julio de 2005 a un atún rojo que realizó una migración transatlántica: el ejemplar fue encontrado en la costa de Massachussets (EE UU) el 14 de septiembre de 2007. La pieza medía 68 centímetros y pesaba 5,5 kilogramos cuando fue marcada en el Cantábrico, y 775 días más tarde fue recogida con una longitud de 114 centímetros y un peso de 30 kilogramos. El pez había recorrido unas 3.330 millas marinas, unos 6.000 kilómetros (medidos en línea recta).
Las campañas de pesca sin muerte, de marcaje y suelta de túnidos se llevan a cabo en el País Vasco desde hace más de siete años, cuando se concretó el acuerdo de colaboración entre la Federación de Asociaciones de Náutica y Pesca Recreativa del País Vasco (FASNAPER) y el centro AZTI-Tecnalia.
Desde entonces, barcos de recreo vascos han marcado 4.074 ejemplares de bonito, cimarrón, patudo o listado, tanto en los campeonatos con modalidad de marcaje y suelta, como durante la actividad habitual de las embarcaciones recreativas.
Esta colaboración con pescadores recreativos resulta clave para marcar y notificar las capturas de animales marcados. Hasta el momento, 123 embarcaciones se han implicado en estas campañas.